Somos el tercer planeta de un minúsculo sistema solar dominado por una pequeña estrella situada en la esquina de una diminuta galaxia dentro de un inmenso e inimaginable espacio

lleno de astros. Nuestras acciones, decisiones, trabajos, exploraciones y demás proyectos no tienen ninguna influencia en el espacio en el que habitamos salvo para nuestro hogar

llamado Tierra. La tecnología ha crecido a pasos agigantados estas últimas décadas

y a pesar del esfuerzo y descubrimientos realizados durante años puede decirse que no

sabemos absolutamente nada de todo aquello que se aleja más de lo que pueden ver nuestros ojos. La raza humana domina el mundo posicionándose en la cumbre de la torre.

No obstante, ¿acaso no existe la posibilidad de que otras especies reinen en otros planetas

o astros? Es muy probable que en cualquier otro lugar del espacio se hallen las condiciones necesarias para que alguna especie reine. Y cabe también la posibilidad de que nuestra inteligencia quede muy por atrás de la suya, ¿cómo podemos tener la seguridad de

que no estamos constantemente vigilados por otros seres? Una película llamada

El Show De Truman y protagonizada por Jim Carrey narra la vida de un joven que

desde el momento en el que nació ha vivido un teatro creado por el resto de los

habitantes de la Tierra. Puede que nosotros formemos parte de un teatro a escala

espacial y seamos simples títeres de unos seres infinitamente más avanzados en todos los aspectos que nosotros. A pesar de los avances que nos esperan en el futuro, es

prácticamente imposible descubrir todo aquello que hoy en día nos resulta desconocido.

Aunque tal vez, en un futuro muy lejano, miren atrás y se rían de la incertidumbre

que nos evade cada vez que miramos al cielo y observamos todas esas estrellas

que pueden llevar millones de años apagadas pero llegan a nosotros brillando y

contemplándonos desde ahí arriba, desde el infinito universo.