Nuestro verdadero sueño

lunes, 30 de marzo de 2009

El otro día me llamo la atención que a veces, el sueño frustrado de algunos padres, ya sea el de ser médico, actor, jugador de fútbol, etc. se quiera “imponer” en la vida de sus hijos. La verdad es que la frase los hijos son el reflejo de sus padres es muy cierta, pues la manera en que se comportan los adultos en frente de sus hijos será la clave para desarrollar la personalidad del joven.

Pero no significa que un niño tenga los mismos sueños que sus padres y esto hace que a veces, a la hora de escoger la carrera de la universidad por ejemplo, sea un grave problema.

Esto se refleja en muchas familias de hoy en día, donde generaciones anteriores han seguido una tradición escogiendo la misma profesión y así se hace generación tras generación. Pero cundo le toca el turno de escoger a un miembro de la familia, aquel que no quiere seguir con la tradición. ¿Como decir que con él acabará el trabajo de varias generaciones? La mayoría de los jóvenes se callan y escogen una vida ya concertada por sus padres en la que tendrá un trabajo que seguramente deteste.

También existe el típico caso en el que los padres quieran convertir a sus hijos en futuras estrellas y por eso los pasean casting por casting mostrando las dotes de sus vástagos. En estos casos, los niños acceden sin ninguna molestia al pensar que se harán famosos y tendrán mucho dinero. Estas mentes engañadas crecen en un mundo de lujos, en la que se tiene de todo menos infancia, pues no van al colegio, sino a grabar una película, y no tienen amigas ni amigos verdaderos, sino managers que seguramente sean sus eufóricas madres.

¿Acaso no tenemos derecho a elegir nuestra propia vida? ¿Trabajar en algo que nos guste de verdad? Sin pensar en nada ni en nadie.

Yo creo que ahora mismo estamos en un momento crucial, el que marcará de una manera u otra nuestras vidas para siempre. Por eso debemos elegir bien, sin ninguna influencia, pues ya es hora de que cojamos las riendas de nuestras vidas.

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