Ahora

miércoles, 31 de diciembre de 2008

Se encontraban solos frente al abrumador y poderoso fuego. Ella tenía la mirada perdida en aquellas llamas que le obligaban a adentrarse en un pasado casi cercano. Él, en cambio, se mostraba tranquilo, plácido y protegido pero solo tuvo que girar el rostro hacia su izquierda y contemplar a aquella preciosa mujer. Entonces, su mente comenzó a transfigurarse.

-¿Qué te ocurre cielo?

-Sabes que detesto la Navidad. Echo de menos una familia que me dio la espalda. Me siento apenada y atribulada.

-Acércate a mí y pega tu cara a la mía. Deja que mis ojos enfoquen ese mundo de humo de colores. Humo repleto de sueños y cantos de sirena.

-¿Dónde aprendiste tanta palabrería?

-Eso ahora carece de importancia. Sabes que siempre me gustó regalar tu oído y tu gran corazón. No pienses tanto cariño porque pensar es nefasto para la salud, bombas de la memoria. Eres hermosa y joven. Aprovecha el momento y tómate una copa conmigo estas Navidades, es Rioja.

Él sonrió tímidamente y con un guiño de ojo y una leve caricia en la mejilla consiguió toda meta propuesta, como siempre lo hacía. Ella se dejó arrastrar por su viva y profunda mirada y por su incansable sonrisa y se echó a sus fuertes brazos mientras iba adentrándose en su cuerpo, solo unos segundos antes de que comenzara a besarlo y a desnudarlo a su antojo.

Familias ¿Unidas por Navidad?




Vuelve a casa vuelve… Por navidad... Mucho amor veo yo: como te echaba de menos, aiiii hace cuanto que no nos veíamos, que guapa estás, que ganas tenía de verte…
¿Cuántas veces habremos oído las típicas frasecitas tontas usadas para quedar bien?
Supongo que miles de veces y ¿Por qué? ¿Amor o falsedad? Esa es la gran pregunta.

Si tanto me echabas de menos ¿Por qué no me has llamado?, ¿Por qué no me saludaste el otro día en la calle?, ¿Por qué? Me gustaría saberlo. Hoy 31 de Diciembre todo es diferente, los bares están llenos de gente, las calles iluminadas, sonrisas, niños jugando con bengalas, confetis… La gente parece no tener problemas, parecen felices, parece que se quieren ¿No? Parece… Como el refrán dice: nada es lo que parece.

Piénsalo, al menos en mi familia hay personas a las que solamente veo en navidad y luego ¿Qué? Tengo que fingir sentir aprecio, amor, apego, afecto… yo creo que no. Al menos no lo hago, simplemente porque no lo siento, en mi opinión las personas que realmente te quieren son aquellas que día a día te lo demuestran, se preocupan cuando te ven mal, te felicitan por tu cumple, te cuidan cuando lo necesitas… Los que de verdad sabes que siempre te querrán y estarán ahí para TODO y no aquellos que simplemente son alguien, porque la sangre te une a ellos si en realidad no te conocen. No eres nadie en sus vidas.

Visitando Internet he visto escrito en un blog: “¿Qué es la Navidad?, puedo decir que Navidad son las reuniones familiares, el festejo con amigos, las sonrisas, acompañar, ayudar...
En síntesis... Navidad es Amor.”
¿Navidad lo mismo que amor? ¡Cómo nos gusta ver el mundo en rosa! Es más fácil, pero la vida, la realidad no son fáciles. Tenemos que luchar por lo que queremos al mismo tiempo que ayudamos, protegemos y demostramos nuestro amor a esos que yo llamaría amigos y no familiares.

Creo que muy pocas veces me he hecho esta pregunta: ¿Qué pasaría si la navidad no existiera? Se desvanecerían ilusiones, ilusión porque te toque la lotería, porque te regalen lo que tanto has deseado, porque el siguiente año sea mejor, porque tengas buena salud y amor, etc. ¿Navidad el amigo o la amiga de los ilusos? La falsedad nos inunda con ilusión y amor. Y de consumismo por supuesto, como Melendi dice en una canción: la navidad la ha inventado el Corte Inglés.

¿Por un precio justo?

martes, 30 de diciembre de 2008




Enciende el televisor. Sí, lo has escuchado bien, enciéndelo. ¿Qué ves? Historias completamente irreales, amasadas con mentiras y decoradas con diminutos, pero a la vez tan fácilmente visibles, trocitos de desesperación.




Encima de este pastel que aunque una vez fue rosa su color se ha convertido en gris, una princesa aguarda a su príncipe azul.
Sin embargo, ella sabe que el azul no es el color más apropiado para definir su estado emocional ya que es simplemente una absurda cenicienta, que vive en un cuento de papel.
Su rostro aparece iluminado por una infinitesimal sonrisa que intenta acallar todo tipo de rumores. Aún así, la aparente alegría no es más que una de las muchas máscaras que ha intentado conquistar por miedo a los rumores. Por otro lado, su corazón está gimiendo de dolor, rogando a la princesa que se arme de valor y que enseñe su tan destrozado rostro. Pero ella no puede, teme lo peor, perderlo todo.





No lo entiendes, ¿verdad? Todo esto te resulta completamente desconocido, ¿acaso me equivoco? Pues bien, a mucha gente se le hace muy familiar esta historia, ya que son ellas mismas las que experimentan este episodio. Son las tan conocidas caras que protagonizan los programas televisivos. Y ahora tú me dirás: ¿Pero de qué se quejan? ¡Si lo tienen todo! Puede que no les falte ningún lujo material. Con todo el dinero que poseen, son las únicas que pueden adueñarse de esos bolsos tan caros, mientras que nosotros debemos conformarnos con babear frente a los escaparates, sabiendo que, por muchas horas extra que metamos, nunca seremos capaces de comprarlos. Pero, ¿es que alguna vez nos hemos parado a pensar lo que ellas dan a cambio de toda esa fortuna? Ahora estarás pensando: ¿Pero qué dice esta loca? Si no me crees, vuelve a encender la televisión. Elige tú el canal. Ahora, fíjate en el aspecto físico de cada una de las que aparecen en ese programa. ¿Les sobran un par de kilos? Más bien yo diría que les falta carne por todos lados. ¿Y eso por qué? ¿Es que con tanto dinero se alimentan de billetes?




La sociedad es muy exigente y, sin que nos demos cuenta, pedimos cada vez más a las personas que tienen todo su empeño dirigido al espectáculo. Así mismo, si estas chicas quieren triunfar deben pasar por un durísimo calvario. Si tienen suerte, se darán a conocer y será entonces cuando comiencen a ganar lo que yo llamaría “dinero de verdad”. Pero la fama está formada por cenizas y éstas, al igual que vinieron se irán tras una ráfaga de viento. Es por esto que las afortunadas no pueden dar la batalla por vencida, tendrán que seguir siendo las famosas chicas explosivas de siempre. Y cuando las primeras arrugas aparezcan en sus rostros deberán someterse a las tan dolorosas operaciones estéticas. Nadie dijo que fuera fácil ser una princesa pero, ¿todo para qué? ¿Es que la fortuna da la felicidad? Mira, no voy a negar que el dinero sea necesario para la supervivencia. Aún así, “Don Dinero” es muy peligroso y sólo acaba destruyendo a quien lo posee con exceso. Cuando nos convertimos en esclavos de lo material nuestra felicidad empieza a desvanecerse, pero, aunque el sol sea capaz de aparecer y desaparecer de nuestros días, la alegría en estos casos no tiene ese poder y nos destruye, por
dentro y por fuera... Hasta dejarnos completamente vacíos.

Antiguamente...


El día 24 de diciembre, cuando venía el “Olentzero” iba dando un paseo con mi abuela y mi hermana y sentí curiosidad por cómo sería ésta época en sus tiempos, así que me aventuré a preguntar y mi abuela nos condujo a mi hermana y a mí a aquella época:

Cuando mi abuela era pequeña vivía con toda su familia: tíos, abuelos, primos, padres, hermanos… en una casa de un pequeño pueblo de Burgos. Allí pasaban todo el año, ya que en aquella época a parte de que no había medios de transporte necesarios para viajar, no tenían dinero más que para comer y vivir el día a día.
Su familia era humilde y pobre, como la mayoría de los pueblerinos. Pero aun así la navidad seguía siendo un momento de felicidad y alegrías para todos. Todos los niños de la familia esperaban ansiosos que empezara a nevar para poder hacer peleas de nieve y la llegada de Papá Noel (en Burgos no hay “Olentzero”).

Cuando por fin caían los primeros copos de nieve del año, y esta cuajaba, los niños salían a la calle para organizar entre todos: peleas de bolas los más rebeldes, y crear muñecos de nieve los más ingeniosos y ángeles en la nieve los más creativos.

Pero os lo estáis imaginando mal, ya que los niños no salían con botas, medias, leotardos, bufandas, guantes… Los niños tenían un poco más de suerte que las niñas ya que estos vestían pantalones, zapatos y calcetines; pero las niñas vestían faldas que apenas les llegaban por las rodillas, calcetines cortitos y finos y zapatos -No me puedo ni imaginar el frío que pasaban en aquellos tiempos.-. Así que cuando volvían a casa, se ponían todos al lado del fuego a calentarse y por el cambio brusco de temperatura les salían sabañones.

Tras jugar varios días con la nieve, los niños esperaban ansiosos el día que llegara Papá Noel con los regalos para todos. Hoy en día los niños escriben cartas inacabables de juguetes y cosas innecesarias que muchas veces acaban abandonadas en el fondo de algún mueble. Pero antes no se escribían cartas – supongo que esto pasaría en las familias pobres- y todos los primos y hermanos recibían los mismos regalos de sus abuelos.

Día 25 de diciembre, todos los pequeños de la casa corrían al salón para recibir –no abrir- sus regalos. Ya sabían lo que les iba a tocar, todos los años lo mismo, pero ellos seguían recibiéndolo año tras año con más entusiasmo.
Cada niño de la familia tenía: una o dos castañas, una o dos nueces, una peseta y algún dulce casero que les preparaba la abuela para desayunar. Los niños que eran malos, los que se habían portado mal, ni siquiera recibían eso, tan solo carbón, o alguna piedra –pero no como las dulces de hoy en día, sino de verdad-.

No recibían más y tampoco pedían ni necesitaban. Nosotros, en cambio, cada vez somos más pedigüeños y con sumistas. Cuando mi abuela terminó de contarme la historia me quedé perpleja, ¿Cómo pueden haber cambiado tanto las cosas en menos de sesenta años? ¿Cómo nos hemos convertido en esto? Estuve toda la noche reflexionando y llegué a la conclusión de que somos muy egoístas, y muchas veces gastamos el dinero a lo tonto. Pero que le vamos a hacer, estamos tan acostumbrados a esto que como nos quiten un solo regalo somos capaces de enfadarnos.

¿En qué nos estamos convirtiendo?...

El cuento

lunes, 29 de diciembre de 2008

Ayer vi una película en el cine en la que un niño decía que la lección más importante que una vez le enseñaron era la de contar historias, cuentos. Y me detuve a recapacitar durante un momento. ¿Qué es un cuento? Intenté hacer un balance sobre todos los cuentos que había leído o me habían contado en mi vida pero me di cuenta de cuánto cuesta hacer una aproximación valorativa a ese género de tan difícil definición, tan huidizo y efímero en sus múltiples aspectos y tan secreto y replegado en sí mismo, caracol de palabras, laberinto del lenguaje, hermano misterioso de la poesía. No llegué a alcanzar ninguna idea o evaluación concreta sobre el cuento, pero de lo que sí estuve segura era de la magia que contenía y de lo que ésta producía en las personas.

En toda infancia hay un cuento de cama y en todo desarrollo y madurez existe un relato mágico, lleno de grandes estrellas que permanecen siempre en la memoria. Y, fundamentalmente, estas razones son las que hacen que el cuento tenga un papel primordial en nuestras vidas. Consigue regalarnos momentos luminosos, instantes de plenitud y de totalidad, instantes de ilustración y sabiduría. Cuando lees un cuento o te lo cuentan, tu cerebro se relaja y es como si desconectara de la memoria, algo así como dormir con los ojos abiertos. Algo tan increíble que logras evadir la pena negra, y la plena conciencia de lo que te espera no se precipita en ti mientras permanece en tu mente.


Gracias a los cuentos, multitud de civilizaciones han sabido cómo seguir sus pasos hacia delante y por eso creo que esas narraciones tienen un punto de realidad a pesar de que puedan ser fabulosos e ilusorios y, como dice Julio Cortazar, existen ciertas constantes, ciertos valores que se aplican a todos los cuentos, fantásticos o realistas, dramáticos o humorísticos y esos valores son los que dan a un buen cuento su atmósfera peculiar y su calidad de obra de arte.


Hay una de las canciones de Sabina que dice: “cómo huir cuando no quedan islas para naufragar”. Bien pues un cuento es capaz de convertirse en esa isla casi imaginaria a la que viajas mientras la noche llora lágrimas blancas sobre la ciudad. Consigue que una explosión de luz te empape la mente de sueños interminables y aunque la historia finalice en un sol vengativo que se oculta, como cada día en la vida de los humanos, logra por breves minutos lo que de muy pocas formas se puede conseguir: integridad en un mundo mágico e irreal.


Por todo ello, creo que el cuento es un género prácticamente imposible de encasillar, algo así como un temblor de agua dentro de un vaso de cristal, una fugacidad en una permanencia, una opción C entre dos alternativas. Por este motivo me quedaré con la idea de que el cuento nunca carecerá de singularidad ni particularidad y como decía el final de la película, aprender a contar un cuento es vital porque hace que la gente se sienta de su tierra, siempre.

Fiestas invernales

sábado, 27 de diciembre de 2008

Muchos de vosotros, seguramente, os consideráis ateos. Criticáis duramente a algunos que creen en Dios y debéis saber que en estas épocas del año no hacéis más que apoyar su alabanza a Dios. Y en estos momentos muchos de vosotros estaréis pensando que lo que digo es una tontería, y probablemente pueda serlo, pero no hago más que poneros al corriente del significado de vuestros actos. Sólo una pista: “Christmas” del inglés -> “Christ”=Cristo y “mas”= celebración. Y además sabéis que el día 25 de diciembre es el nacimiento de él. Reflexionar un poco sobre eso y después seguid leyendo.

Todos los elementos y las tradiciones que invaden nuestras vidas en estas fechas, tienen una relación directa con el cristianismo, y esa es la parte que se nos mantiene oculta. En los periódicos, en las revistas, en la televisión, es decir, en todos los medios de comunicación se habla de la Navidad como festividad y época de consumo (con lo que no me pienso meter ahora). Pero aún así, meten la pata en decir “Navidad” en vez de “Fiestas invernales” que es como se debería de decir. Aquí un ejemplo de este fallo:



Prestad atención que al final se menciona la Navidad, y esa misma canción es cristiana, al mencionar a la virgen, la Gloria, Alleluia, Jesus, Cristo... es decir, es 100% religiosa y aun así la emiten por la televisión. ¿Es esto normal? Y, ¿justo?

En la historia las Navidades, es decir, el nacimiento de Jesucristo, no es lo único que se celebraba. Los romanos celebraban el nacimiento de Apolo y Helios, los germanos y los escandinavos celebraban el nacimiento de Freya, diosa del Sol, para los mejicanos ese Dios del sol se llamaba Huitzilopochtli, para los Incas Inti, Mitra para los persas… Pero aun así, en esta sociedad tan progresista y abierta a nuevas ideas, sólo se celebra públicamente el nacimiento de Jesucristo. ¿Acaso los demás que no crean en eso no tienen derecho de adornar las calles a su gusto? Y si eso no fuese así, ¿no se debería de prohibir también poner Belenes, árboles de Navidad y colgar campanas por las calles?

De la misma forma que se consideran vuestras quejas ante cualquier injusticia o desigualdad, los que practican diferentes religiones también deberían de quejarse y exigir adornar las calles de forma unánime. Deberían gritar sin escrúpulos y con seguridad y no abandonar hasta que les den una respuesta.

Todo esto, ha sido tratado en varias ocasiones y en una de ellas, en 1647, llegaron a prohibir las Navidades. Al de 30 años, en Boston, fue tomado también como ilegal. Estas medidas se fueron abriéndose camino por todo el mundo hasta que en el siglo XIX se empezó a hablar de la extinción de las Navidades.

Pero el duro trabajo de muchos cristianos como el muy conocido Charles Dickens con Un cuento de Navidad (1843) recuperó la tradición que hasta hoy en día conservamos. Pero, ¿hasta cuándo? Porque, las razones por las que esos acontecimientos tuvieran lugar perduran en la sociedad de hoy en día. Entonces, ¿no se debería de tener en cuenta?

No quiero que penséis que quejarse de ello no solucionaría las cosas, sino todo lo contrario. Debéis intentarlo, esforzaros por ello y por lo menos aseguraros de que se os escucha.

Tampoco quiero llegar hasta tal punto que despreciéis y abandonéis la celebración de las Navidades - siempre en mayúscula si os habéis dado cuenta. Lo único que quiero trasmitiros es el conocimiento necesario para entender lo que celebráis, para que respetéis otras formas de pensar. Espero que Olentzero se haya portado muy bien con vosotros y que los magos de Oriente también lo sean. Si os habéis dado cuenta, he mencionado un error más relacionado con estas fiestas y es que he dicho “Magos de Oriente” porque es en la Biblia de donde se han dado a conocer y no se habla más que de “Magos de Oriente”, es decir, que sean tres y además reyes no es más que un mito. Es decir, el nombre de “los tres reyes magos” y “Santos Reyes” es de más tarde. Luego, no cometáis el error de llamarlos así, ¿vale?

Si os ha quedado claro, me gustaría despedir este año deseándoos unas felices FIESTAS y prospero año nuevo.

Justicia

lunes, 22 de diciembre de 2008


A causa del aburrimiento y esta gripe que me quita la vitalidad de mi cuerpo, ayer vi una película que grabo mi madre, "La extraña que hay en ti" protagonizada por Jodie Foster, increíble actriz por cierto. La película trata sobre una locutora de radio Erika, que vive felizmente comprometida con su pareja. Los dos estaban dando un paseo agradable con su perro por el parque cuando les asaltan 3 hombres. Después de una tremenda paliza ella acaba en coma y el muere. Al despertarse del coma y volver a su casa el miedo es tal a salir a la calle que compra una pistola para sentirse mas segura, y lo que al principio era un seguro de vida se convierte en un arma para vengarse. Ya que la policía de Nueva York no le da importancia a su caso, se toma la justicia por su mano y emprende la búsqueda de los asesinos de su novio.


Cuando termine de ver la película no pude evitar enredarme en reflexiones acerca de la justicia.
Las leyes son iguales para todos los ciudadanos, pero todos los ciudadanos no somos iguales. Lo que nos diferencia es la forma en que vivimos, nuestra cultura, nuestro nivel económico y hasta nuestra historia. La ley se aplica igual a dos personas que hayan tenido una historia muy distinta, y quizás por eso la justicia no puede ser justa.

A menudo vemos en la prensa informaciones relativas a delitos que nos escandalizan, porque se cometen sobre personas indefensas, menores, niños...etc delitos que dañan moralmente de por vida a una persona, como la violación o los malos tratos.

Si nos pusiéramos en la piel de un padre que ha perdido a un hijo porque un pederasta abuso de el y lo mato para no ser descubierto, posiblemente encontraríamos sentimientos de venganza dificiles de controlar. Por eso , y porque vivimos en sociedad, es tan importante la educación y el respeto por la leyes, sin eso seria difícil vivir en libertad.
Si cada uno se tomase la justicia por su mano, vivir en sociedad seria imposible, viviríamos con miedo y nos aislaríamos de las personas que nos rodean.
Como dice Mahatma Gandhi "Ojo por ojo, y el mundo se quedara ciego".



Crisis? What crisis?

sábado, 20 de diciembre de 2008





Crisis, según la Real Academia de la Lengua Española, es el momento decisivo de un negocio grave y de consecuencias importantes. Parece un concepto muy específico puesto que su significado se limita a cubrir un campo milimétrico. Sin embargo, la palabra crisis hoy en día está de moda. La escuchamos en todas partes: en el supermercado, en la calle, en la casa de enfrente, en Alemania, en Italia y hasta en Japón. La crisis sobrepasa todo tipo de fronteras, se encuentra en boca de todos. Cualquiera diría que alguien podría superar al invencible Bisbal o a las tan exitosas series como Física o Química. Pues bien, la crisis lo ha hecho y lo ha logrado ella solita, sin ningún tipo de ayuda.


No obstante, me ha surgido una enorme duda. Lo he meditado en silencio cada noche hasta topar con la solución. Creo que la famosa definición no se asemeja nada con lo que la sociedad piensa de ella o, por lo menos, si existe gente que piensa que la Real Academia de la Lengua no se equivoca, muy bien lo disimula, sobre todo en estas fechas.


Lo que la crisis debería causar en nosotros es miedo, angustia por perder lo poco que poseemos. Aún así, mira por donde ayer fui al dentista y lo encontré a rebosar, y eso que es privado y hay que pagar un pastón para que un señorito eche un vistacillo a tus dientes. Después de aquello me dirigí, confusa, al centro comercial ya que mis únicos pantalones vaqueros habían sufrido un pequeño percance y habían muerto acto seguido, sin dejarme tiempo para despedirme de ellos, así que no tuve otro remedio que estirar un poco el bolsillo e intentar olvidar la crisis durante unos segundos. Pero o a todo el mundo se le habían roto los vaqueros el mismo día o, tomando las navidades como excusa, estaban comprando de todo, compulsivamente. Como posesos.


¿Y todo esto, por qué? Porque con esto de la crisis las rebajas se adelantan y ¿qué es lo que hay que hacer? Comprar. Si los precios disminuyen, debemos aprovechar la oportunidad y adquirir más productos por menor precio aunque, por supuesto, el dinero no nos llegue. Es lo más recomendable porque, ¿para qué están sino los bancos? ¿Acaso no existen los créditos? Lo importante es pensar en nuestros caprichos ya que nuestra existencia es esencial para el resto de la sociedad. Sin nuestra compañía y, sobre todo, sin darle tanta envidia al vecino porque tenemos un BMW nuevo y él tiene que conformarse con el Seat que se compró hace 10 años, está claro que nadie sobreviviría. Además, aunque no sea nuestro el dinero, siempre estaremos a tiempo de devolverlo más adelante y sino, en cualquiera de los casos, nuestros hijos también pueden pagarlo por nosotros. ¿Qué mejor herencia que unas buenas deudas?


¿Sabéis que? Que estoy harta de ahorrar para nada. Mañana mismo contactaré con la RAE para anunciarles su equivocación. Lo que ellos definen no es una crisis, sino el infierno. La crisis es genial, ya que gracias a ella puedo comprar cada vez más. Y tú, que seguramente después de leer esto estarás completamente de acuerdo conmigo, te unirás a mí. Juntos formaremos el mejor club del mundo al que llamaremos ‘’El Club de los Idiotas’’.

¿Para qué soñar?

Los sueños, los sueños de verdad, se hacen realidad estando dormidos; es por eso que los sueños son simples ilusiones falsas. Sin embargo, continuamente oímos decir que soñar es bueno, pero ¿no será mejor soñar teniendo los pies en el suelo, soñar estando despiertos?

Las ilusiones son las principales razones de las personas para seguir viviendo; es por eso que casi siempre estamos soñando. Además, cabe decir que aún sabiendo que nuestros sueños no se harán realidad, nos gusta soñar, inventarnos nuevos mundos, una realidad en la que viviríamos felices, ya que pensamos que es un modo de hacer frente a la realidad o huir de ella durante un corto periodo de tiempo.


Por otra parte, son las cosas pequeñas de cada día las que hacen la tan deseada felicidad, cada día que nos despertamos tener una nueva ilusión, mirar hacia el futuro con valentía y sin temor, siendo conscientes que todo lo que nos ocurra, incluso las peores cosas, nos van a servir para hacernos mejores personas, para saber aprender de nuestros errores y no repetirlos. No obstante, cabe decir, que seguramente serán más los momentos que nos costará seguir adelante superando los problemas que nos deparará el futuro que los llenos de felicidad en los que no tengamos ningún problema. Por esto, podría decirse que detrás de cada lágrima hay una razón, y al igual que en los momentos más difíciles siempre hay alguna sonrisa, en los momentos más felices también habrá alguna lágrima.



Si todo fuera como en los sueños, veríamos desde otro punto de vista el mundo, todo nos parecería más fácil y seguramente tendríamos menos problemas; pero eso no seria la realidad. Por esta razón, es necesario saber diferenciar entre los sueños y la realidad y, aunque a veces cueste y resulte difícil, apoyarnos en los que nos quieren y saber seguir adelante gracias a la amistad y amor que nos ofrecen, ya que serán las personas que nos rodean las que estarán a nuestro lado tanto en los momentos buenos como en los malos. También es verdad que en los momentos difíciles puede resultar muy difícil, casi imposible, esbozar una sonrisa; pero, aunque sea por la gente que nos rodea, es necesario hacer ese pequeño esfuerzo, ya que la vida está compuesta de una lista de esfuerzos pequeños.






¿Somos lo que creemos ser?

jueves, 18 de diciembre de 2008


Hace un par de semanas estaba con una amiga viendo una serie en la tele en la que dos jóvenes se veían enzarzados en una seria disputa por un motivo de racismo. Uno de ellos arremetía contra un chaval de raza negra menor que él, llegando incluso a propinarle varios puñetazos en la cara y dejarlo gravemente herido. Más tarde, comentando lo que había pasado en la serie, mi amiga afirmó que, a su parecer, esas conductas hoy en día eran muy pocas, que en este mundo en el que vivimos el racismo es cada vez menor y no es probable encontrarnos con situaciones similares.

Pasados unos días desde esa conversación, una tarde que viajaba en metro algo que vi me hizo reflexionar sobre aquello. En uno de los vagones, un hombre de raza negra iba sentado en uno de los asientos rojos con capacidad para cuatro personas. Aunque el tren no iba lleno a rebosar, había bastante gente sentada en los asientos de al lado, así como de pies a un par de metros de los asientos vacios. Parecía que aquel día a todo el mundo le apetecía hacer un maravilloso viaje de metro de pie entre empujones y frenazos. Me senté enfrente de aquel hombre, sorprendida por lo que acababa de ver, y sintiéndome bien conmigo misma. Pero aquella sensación me duro poco, a medida que me pude a reflexionar sobre otros tipos de conducta similares que puede que todos, inconscientemente, cometemos.

¿Acaso no es cierto que nos ponemos nerviosos al cruzarnos de noche con algún emigrante, seguramente más de lo que nos pondríamos si no lo fuese? ¿No es cierto que agarramos el bolso con más fuerza cuando algún emigrante con “mala pinta” pasa por nuestro lado? Puede que inconscientemente, pero surge la desconfianza en nosotros y nos volvemos más precavidos y menos confiados.
Otro ejemplo de ello es la mala fama que tienen los todo a cien en los que, normalmente, trabajan personas de raza china. ¿Cuántas veces habremos oído comentarios sobre la mala calidad de los productos de los “chinos”? ¡Como si los todo a cien regentados por personas de aquí fuesen mucho mejores! Me parece que si pagamos un euro por un pintauñas no podemos esperar mejor calidad de la que obtenemos, y dudo que eso tenga que ver con la nacionalidad del dependiente. También hay infinidad de rumores sobre los restaurantes chinos, criticando la calidad de los productos, que si utilizan carne de perro, que si no limpian las vajillas… una vez llegué incluso a oír a una persona decir que había leído en alguna página web (y es que todo lo que está en internet no se puede creer) que se había probado que los restaurantes chinos utilizaban semen de ballena para elaborar las comidas. No se que me sorprendió mas, que hubiese gente que inventase ese tipo de cosas o que hubiese quien se las cree. Su comentario final para rematar lo dicho fue algo así como: “Vete a saber, siendo chinos…”. Éste tipo de rumores, a mi parecer totalmente absurdos, sin una prueba más de la paranoia que tenemos al hablar de gente que no es como nosotros.

Lo que quiero explicar con estos ejemplos es que, por mucho que creamos que no somos para nada racistas, hay conductas que aunque parezcan carecer de importancia, a mi parecer dicen mucho sobre nuestra verdadera idea sobre los emigrantes. Cuesta reconocerlo y as ninguno le gusta pensar que no es tan increíblemente tolerante como se creía, pero la verdad es que los prejuicios siguen ahí. Puede que no tan evidentes, puede que escondidos, pero no han desaparecido. Mi pregunta es si algún día conseguiremos llegar a ser lo que ahora tratamos de aparentar.

¿Ayuda para los jóvenes?

martes, 16 de diciembre de 2008



El otro día hablando con mi ama y mi hermana salió el tema de los anticonceptivos, ya que mi hermana dijo que la pildora del día después la entregarían gratis a las chicas que lo pidieran, a partir de junio de 2009 . Pero no hay que olvidar que la píldora hay que usarla excepcionalmente, ya que, mediante esta pastilla el ciclo menstrual es alterado y puede haber efectos secundarios como: naúseas, vómitos, infertilidad, embarazo ectópico o formación de coágulos en la sangre.

Conclusión, los anticonceptivos de emergencia sólo tienen que ser utilizados en casos límite y nunca como método anticonceptivo usual. Pero mi duda es, ¿Cuando la píldora sea gratuita se volverá la gente más imprudente a la hora de usar anticonceptivos en sus relaciones sexuales? La píldora del día después comenzó a ser legal aquí no hace muchos años, ahora se entrega sólo con receta por 20 euros más o menos. En Cataluña ya es gratuita y el ministerio de sanidad vasco hay querido seguir sus pasos, creen que ayudará a los jóvenes que la necesiten. Pero todo esto, en mi opinión, no ayudará a esos jóvenes. Por mucho que el preservativo no sea caro siempre habrá imprudentes que prefieran no gastar ni un duro en anticonceptivos si antes de tres días tras la relación sexual la chica se puede tomar esta píldora gratuitamente acudiendo a un centro de salud en Euskadi.

El mayor problema, en cambio, no son los efectos secundarios que este método pueda producir sino que esta píldora no evita enfermedades de transmisión sexual tales como el SIDA, la gonorrea, Hepatitis B o sífilis. Además el gobierno vasco ha afirmado que el SIDA ha aumentado notablemente es los últimos años. Y mi pregunta es: ¿ No sería una mayor ayuda poner los preservativos gratuitos, invertir más en ellos, o simplemente bajar el precio de éstos? De esa manera se mermarían las enfermedades de transmisión sexual al mismo tiempo que los embarazos no deseados, al contrario que con la píldora del día después, la cual, no evita estas infecciones.


He intentado poner un video pero mi ordenador anda bastante mal y no lo he conseguido pero por si alguien quisiera verlo aquí pongo el link: http://www.youtube.com/watch?v=u58qmYcfAkU

Complicaciones de la JuVeNtUd

lunes, 15 de diciembre de 2008


El mundo cambia y con él la sociedad; avanzamos, sufrimos una evolución que a medida que pasa el tiempo tiene más fuerza, más prisa.

La juventud es una etapa de la vida, conocida como la flor de la vida. ¿Y por qué ese nombre? Es una pregunta un poco adversa. No sabría decirlo con certeza, no hay una respuesta concreta aunque el nombre lo encuentro apropiado. La juventud corresponde, como todas las demás, a una etapa importante, pero ésta en cambio tiene algo que la hace más especial, es una que a lo largo de nuestras vidas cobra más resplandor en nuestra memoria. Las flores transmiten diferentes sensaciones, su simbología es muy variada. Por un lado puede reflejar la felicidad y el buen estar que transmite una bella y fresca flor con sus virtuosos pétalos rosas, las cuales usamos como símbolo de amor. El amor que se transmite cuando un ramo de flores es llevado por la mujer al altar o incluso cuando nuestro familiar enfermo se encuentra ingresado en el hospital y un ramo de flores hace que la enfermiza habitación cobre vida. Y numerosos otros casos. En cambio la bella flor no solo es felicidad. Destapando su otra cara descubrimos que también muestra un lado oscuro. Ya que también es referencia de la muerte, elemento decorativo en los fúnebres ataúdes.

Yo aun formo parte de esta etapa, sufridora de lo bueno y lo malo que acarrea ser una joven estudiante. En ella los estudios juegan un importante papel, los cuales están divididos en diferentes niveles. Desde muy pequeños empezamos a desarrollar nuestra mente de una manera fácil y divertida en la guardería. De hay vamos subiendo peldaños, pasando por primaria, secundaria hasta llegar al hoy en día llamado bachillerato. Éste se completa en dos duros años y al finalizarlo llega la famosa selectividad. A mediados del segundo año de bachillerato, los estudiantes que quieran ir a la universidad, deben rellenar una prematricula y decidir que carrera escogerán. ¡Aquí es cuando llega el problema! Los estudiantes dependen de la decisión que tomen, ya que en sus manos queda el que vaya a ser su futuro en gran parte. La carrera escogida marcara su dirección laboral. Entonces es cuando las dudas abruman las mentes de los estudiantes, ¿Qué escogerán? ¿Será elección correcta? ¿O me habré equivocado? La sociedad esta demasiado ocupada, ofuscada en sus quehaceres, sin hueco alguno, para poder prestarles un poco de su tiempo valioso a los perdidos estudiantes. La decisión se basa en diferentes cuestiones, como es la nota media exigida por las diferentes universidades, eso todos lo tenemos claro. Pero los estudiantes deben tomar una importante decisión sobre la que están completamente des informados. El hecho de elegir una carrera es difícil, pero más aun si se nos muestra completamente desconocido.

Si es verdad, por otra parte, que los centros suelen disponer de personas que se dedican a orientar a los alumnos, con respecto a sus futuros estudios. También decir que universidades como las públicas del País Vasco ofrecen jornadas de puertas abiertas, aunque normalmente suelen llevarse acabo un poco tarde en relación con la fecha en la que se debe rellenar las prematriculas.

Aun así, los jóvenes, bajo mi punto de vista, no recibimos información suficiente sobre las numerosas y diferentes carreras que podemos escoger. Tenemos conocimiento de la medias, de las salidas dependiendo del bachillerato hecho, información sobre las universidades…. Pero en cuanto a como será el oficio que ejerzamos con cada carrera, o cuales serán las salidas, o que asignaturas estudiaremos en cada una y muchas tras cosas que deben tenerse en cuenta a la hora de decidirse.

Por ello, hacer un llamamiento a nuestra sociedad tan ocupada y tan estresada sobre nuestra situación, y situación que sino cambia sufrirán todos los demás que vienen por atrás.

El viernes empecé a ver una serie que narra la vida de unos jóvenes adolescentes del barrio del "Upper East Side" de Nueva York que van a colegios elitistas a la vez que flirtean con drogas, sexo y otros problemas adolescentes. Y es que esta serie me ha llamado mucho la atención pues al tratar sobre la vida de estas personas que tienen sus propias tarjetas de crédito, roperos llenos de firmas como; Channel, Louis Vuitton, Prada, Versace..., una total independencia de sus padres, una persona que cocina para cada uno a cualquier hora del día el menú que elija... ¿Prodiamos decir que lo tienen todo? Es decir, la idea de que tengan toda clase de lujos y popularidad en el instituto, ¿es tenerlo todo a nuestra edad?

El pasado sábado, una amiga y yo fuimos de compras a renovar nuestro armario, y es que hicimos una selección minuciosa de lo que íbamos a comprar, ya que nuestros ahorros no nos permitían comprar cualquier cosa, así que compramos lo indispensable para este duro invierno; unos vaqueros, un jersey , un abrigo y alguna camiseta. Para cuando acabamos, nos gastamos todo el dinero, y mejor no decirles a nuestros padres cuanto llevamos que igual no volvíamos a pisar una tienda de ropa en meses.

La cosa es que, visitando los escaparates de las tiendas, nos atrevimos a entrar en una tienda un tanto cara, en la que un simple logotipo cuesta mas que una camiseta. Así que entramos y fichamos un abrigo precioso, fuimos directamente a ver el precio y allí encontramos la tragedia: 300 euros. Y queridos bloggers, no estoy hablando de esa clase de ropa que solo vemos en las revistas, no, era una simple chaqueta que se podría encontrar la misma por 40 euros en bershka. Al final, mi compañera de compras y yo salimos de la tienda criticando los injustos precios de la moda, y sobre todo, anhelando tener más dinero, una cuenta bancaria millonaria que nunca se acabara, con la que se pudiera comprar todo tipo de caprichos, al igual que Paris Hilton que en un día derrocha 15.000 euros en las mas prestigiosas boutiques de Milan, Paris, Nueva York...

Tampoco estoy defendiendo el abuso del consumismo, que esos 15.000 euros que se gastan en una mañana, se podrían usar perfectamente en una aldea del tercer mundo comprando alimentos para 1 mes y más.

Simplemente digo que quién no ha soñado nunca con ser millonario, pensar en todo lo que podríamos tener a nuestro alcance.

Retomando el tema de nuestros tan apreciados jóvenes de la quinta avenida, es verdad que lo tienen todo en sus aparentes vidas “perfectas” ?

Pues no lo sé, lo único que se es que en la serie cada uno tenía su problema; una chica tenia bulimia nerviosa, a otra le pasaba que sus padres se divorciaron porque el padre estaba liado con la secretaria, un chico estaba saliendo con una chica por conveniencia porque los padres de ambos tenían un negocio millonario, a otro chico le estaban obligando a estudiar una carrera que el detestaba, y así una larga lista de enredos familiares, sentimentales, personales, etc.

Aquí va una frase que pasará a la historia del cine a manos de Brad Pitt en el papel de Aquiles, en la película Troya:

"Te contaré un secreto, algo que no se enseña en tu templo: los dioses nos envidian. Nos envidian porque somos mortales, cada instante nuestro podría ser el último, todo es más hermoso porque hay un final. Nunca serás mas hermosa de lo que eres ahora, nunca volveremos a estar aquí...".
Y yo digo al igual que mi queridísimo Brad, que los que de verdad tienen envidia, son ellos. Ellos son los que nunca experimentarán la emoción, los nervios anteriores que suponen abrir un regalo, pues ya tienen todo lo que quieren, la ilusión de hacer un viaje...

valorar




Valorar ...que bonita palabra, ¿no? ¿que significa?, valorar no es más que lo que uno opina acerca de algo previamente concretado. Según el diccionario ,textualmente: determinar el valor correspondiente de una cosa como puede ser una camiseta, una acción, una persona , una situación,..

Una pregunta:

¿Quién es ese uno?¿ Eres tú esa persona que valora esa actitud, esos shorts, o lo que sea que percibes o que compras?

Hay quien dice que sobre gustos no hay nada escrito. A ¿no? Qué curioso, entonces como es que has tirado esos pantalones que eran tan bonitos, esos de pana con el tiro alto, que casi llegaba hasta el ombligo, sí, esos que tenían un poco de campana y un botoncito como de madera. Los has tirado? Que pena.. te sentaban genial no crees? Y esas gafas que a veces llevabas para andar en bici? Eran finitas, muy cookies, además... te costaron un pastón ¿no?
¿Qué ha pasado (aparte de 2 años, ósea se, 2 temporadas otoño-invierno y otras 2 de primavera-verano),es que ya no te gustan?
Bueno si te digo la verdad... a mí también me han dejado de gustar, de echo hace tiempo que tiré las mías, y fíjate que eran unas Ray-ban parecidas a las tuyas pero me he comprado unas nuevas. Son bastante más grandes y redondas , ¡como las que aparecen en la Cuore!
No se porqué, mi ropero cambia cada dos por trés y lo más gracioso es que estoy comprando ropa idéntica ala que mi madre tiró a la basura hace como 20 años. ¿No es irónico? A mí tampoco me dijo nadie que esa ropa era fea. fui tonta Por que eran preciosos mira que tirar esas converse y las playeras “de baloncesto” y esas camisetas preciosas con estampados hippies de flores y tejidos ligeros...

Estoy pensando que las que me compre ahora no las tiraré , por muy horrorosas que puedan parecer ahora . Por que es probable que dentro de una década o dos vuelvan a estar ala moda y yo, o a lo mejor mi futura hija vuelva a ponerse esa ropa que a su vez mi madre llevó hace veinte años. y quién me diría a mí que me compraría las bambas que toda mi vida ,desde los 8 años llevo calificando como las horripilantes playeras de sardina.
Pero no me ha ocurrido a mí solo, a ti también te han dejado de gustar los pantalones de elefante y las playeras Reeff., Globe... a todos (sobretodo a todas) nos esta pasando!

¿Será que alguien valora todo por nosotras?, Que elige lo que el invierno que viene será “BONITO”? Pues ese alguien llamado moda ( que por cierto, vaya gusto más cambiante que tiene ¿verdad? ¿Por que será....?) Me ha dicho que dentro de poco se va a llevar el pelo a lo casco,¡a lo champiñón! ¡No me lo puedo creer! ¿Es que ha perdido el norte?!


Bueno... en realidad tampoco es que sea feo feo ¿ no?....

¿deportividad?

Viendo este fin de semana un partido de niños de 13 años jugando a fútbol me quedé asombrado de la poca deportividad que se vive en el deporte hoy en día.
Empujones,estirones,patadas,insultos...todo sirve con tal de ganar un partido que no va conseguir cambiar tu vida en ningún aspecto.Mi pregunta fué: ¿quién tiene la culpa de esas malas costumbres que estamos adquiriendo la juventud hoy en día? No necesité aguantar mas de 5 minutos viendo el partido para dar con una de las causas más penosas.
Padres insultando a los arbitros y animando a sus hijos a que metiesen la pierna hasta donde hiciese falta para conseguir el balón. ¿Acaso es cuestión de vida o muerte para el niño conseguir el dichoso balón? En mi opinión los valores que se nos intentan inculcar hoy en día a la juventud es errónea ya que parece que en éste mundo sólo pueden existir ganadores o perdedores.

Parece que en esta vida la única misión que hay para una persona es el éxito, y conseguirlo de cualquier manera, ya sea mintiendo, hechando a perder amistades o pisoteando el trabajo de otra gente para conseguir tu meta.
Me parece comprensible que deseemos todo lo mejor para nuestra familia o amigos ¿ pero es que en este mundo solo existe el éxito o el fracaso? Yo creo que no tenemos q centrarnos en destacar en las cosas que haces a lo largo de tu vida sino en disfrutar de las cosas que hacemos a lo largo de ella.
Hay veces que el esfuerzo realizado para conseguir tus propósitos no recompensa con los resultados conseguidos. Así que yo soy partidario de disfrutar el momento y dejar de pasar malos ratos innecesarios y dejar de presionar a las nuevas generaciones con la costumbre de malvivir en su infancia para en un futuro conseguir unos resultados que no son seguros y quizás no son los deseados.


Te despiertas una mañana cualquiera, la vida te sonríe a pesar de algunos pensamientos que dejas que te atormenten más de lo debido, miras por la ventana, el sol se esconde tras una gran nube oscura pero te da igual porque hay algo dentro de ti que brilla, que permite que tengas ilusión por pequeñas cosas que otros días podrían parecer insignificantes. Suena esa canción que te conmueve, que te saca una minuciosa sonrisita recordando algún momento vivido, pero tan solo atiendes el lado positivo de aquel suceso que en su día tuvo gran importancia en tu vida, sin reparar en el efecto que causó en ti.
Sales con tus amigos y no te molestas ni en defenderte ante sus bromas de mal gusto simplemente porque no has atendido a nada de lo que han dicho, ayudas en las tareas de casa sin rechistar, haces los deberes con gusto y ordenadamente…y todo ello porque de manera momentánea has creado en tu cabeza y sido sumergido en una pequeña y frágil pompa de felicidad que se desvanece cada domingo lluvioso y melancólico.
Vuelves a tener en mente aquellos recuerdos de los que todavía no has logrado deshacerte y que hace unas horas conseguían hacerte medianamente feliz, sin embargo, el domingo todo se nubla y tu percepción de todo aquello que parecía maravilloso de repente solo consigue amargarte. Escuchas intencionadamente las canciones más deprimentes de tu ipod, rememoras con tus amigos viejos temas de los que juraste no volver a hablar, ¿Es que eres masoquista? Cambias rápidamente la carpeta del reproductor tratando de despegarte de antiguos desconsuelos pero vuelve a sonar una canción con la que no puedes evitar que se te estreche el corazón, que una lágrima recorra tu mejilla mientras tratas de tranquilizarte; pero tu cuerpo te pide derrumbarte en la cama, y como si de un vicio se tratara te martirizas durante minutos hasta que decides que ya has perdido suficiente tiempo por ese día, hasta el próximo domingo, puesto que sabes de antemano que volverás a caer en tu propia destrucción moral por cosas que ni siquiera merecen ser mencionadas. Así pues, te preguntas cuánto tiempo más vas a seguir así, torturándote por estupideces en vez de disfrutar del día a día como deberíamos hacer en plena adolescencia.

¿Qué pasa con el tiempo?

domingo, 14 de diciembre de 2008



Podríamos pensar que es absurdo reflexionar sobre el tiempo, pero yo no estoy de acuerdo con eso. Desde que nacemos nuestro padres y maestros nos enseñan a organizarnos, pero en realidad, ¿qué es el tiempo? La respuesta es que el tiempo no es más que una contra reloj que cada persona tiene que aprovechar como puede antes de morir.
A menudo, por no decir siempre, esperemos que pase un momento , algo que esperamos con ansia o queremos que pase algo rápido, que no deseamos, para así poder pasar página. Y no nos damos cuenta y no nos damos cuenta de que cada vez que estamos deseando eso, estamos creando nuestra historia, la que nunca más volveremos a vivir.
Por desgracia, cada persona solo puede vivir una vez en la vida, no hay más oportunidades así que hay que saber aprovecharlo, vivir cada momento como si fuese el último y nunca desear que llegué un momento con ansiedad, cada cosa tiene su tiempo.
Todavía cuando era pequeña e iba al colegio, siempre salía de casa muy pronto para poder llegar un cuarto de hora antes y jugar con mis amigos a fútbol. Me lo pasaba en grande. Cuando entrabamos en clase, todo era relax: un día contábamos las vacaciones, otro halábamos de algo que nos había pasado... y aún así quería que llegase el día de ir al instituto, de crecer y ser joven para poder salir por las noches.

Ahora miro hacia atrás veo ese tiempo cercano, ha pasado volando, ya estoy aquí, en el último año de bachiller, y el año que viene tendré que cambiar de vida, pasar otra página a la que nunca más volveré.

La verdad es que no se como sigo pensando en querer llegar tan rápido a las cosas, no estoy más que deseando que se pase mi vida.
Pronto, sin darnos cuenta, llegará el día en que tengamos que trabajar, buscar piso, pareja... y seguido la vejez. Pero entonces ya será tarde para poder parar el tiempo y disfrutar cachito a cachito de la manzana agridulce de los momentos de la vida.

Así que a partir de hoy he decidido disfrutar cada segundo al cien por cien. A vosotros también os lo recomiendo, recordad que cada momento puede ser el último. Tener siempre esta frase a mano: Carpe Diem.










¿EUSKADI O EUSKAL HERRIA?


Parece que este año no se va a celebrar el partido de la selección vasca de fútbol. Es una pena porque yo soy una gran aficionada al fútbol y, aunque solo voy a San Mamés de vez en cuando a ver algún partido de liga, no me pierdo ningún partido de la selección. Para mí y mis amigos forma parte de las celebraciones de las vacaciones de Navidad. Vamos siempre en cuadrilla, nos ponemos las camisetas y las bufandas de la selección y vamos al campo de fútbol a disfrutar del partido y, sobre todo, del ambiente que es estupendo. Es mucho más que un acontecimiento deportivo, es una auténtica fiesta en la que nos lo pasamos fenomenal.

Sin embargo, si la situación no se remedia rápidamente, este año no habrá partido de la selección. El problema es que la mayoría de los jugadores se niegan a participar si no es con el nombre de selección de Euskal Herria. La federación de fútbol, en cambio, dice que la selección es la de Euskadi. Total que la política se mete en medio y los que perdemos somos los aficionados al deporte.

Ante esta situación hay algunos que piensan que los futbolistas son profesionales y tienen que dedicarse a jugar, que para eso les pagan, y no meterse en política. Sin embargo, otros muchos creen que los futbolistas, antes que deportistas, son personas y tienen todo el derecho del mundo a expresar y defender sus opiniones. Yo estoy de acuerdo con estos últimos, aunque esto suponga que me pierda el mejor partido del año.

Además pienso que los futbolistas tienen razón y que la selección vasca debe ser la de Euskal Herria. La selección de Euskadi sólo incluye a los jugadores de Araba, Bizkaia y Gipuzkoa y deja fuera a los de Nafarroa e Iparralde. Sin embargo, tan vasco es un futbolista de Maule o de Lesaka como uno de Algorta o de Zarautz. Creo que como el objetivo fundamental del partido no es ganar sino reivindicar una selección vasca es mucho más apropiado el nombre de Euskal Herria que no margina a ningún vasco. Por otra parte, como el partido no es oficial sino amistoso no hay razón para ser tan riguroso con la denominación de la selección. Ojala que se solucione el problema y que podamos disfrutar un año más de la gran fiesta del fútbol vasco.

PORQUE DEBEMOS CONTINUAR

sábado, 13 de diciembre de 2008

Me contemplé en el espejo pero no vi aquel rostro de esa adolescente valiente, fuerte y casi invencible. En vez de eso, lo único que vi fueron unos ojos frágiles, una sonrisa vencida. Ayer, salí a la calle abrazada a la tristeza. Si lo admito, fue así, como muchos otros días, pero no debería. Un día eres tan feliz que crees que nadie puede romper tu burbuja, pero otro en cambio, todo se desvanece y tu forma de ver la vida, a las personas y sobre todo el amor, cambian por completo. Te caes en un pajar y te clavas la aguja y te das cuenta de que la vida no tiene tanto terciopelo como algunos creen. Parece que no hay remedio que valga y te ves calada de recuerdos, sonrisas de verano, ilusiones y vivencias.
Esa precaución tonta no me sirvió para nada y la noche se convirtió de nuevo en un final entre clínex húmedos. Quizás me asomé demasiado al precipicio y seguramente sabiéndolo, caí observando lo que quedaba tras mi espalda. Día tras día, sin ver nada delante de ti, nada que te llene, solamente diminutas cosas que de vez en cuando despiertan una leve sonrisa en tu cara, pero nada de verdad. Me sentí como un equilibrista con poca experiencia sobre una cuerda a cincuenta metros del suelo y ese suelo, frío, compacto e incomprensivo, me llamaba con impaciencia.
Parecía que el pasado no dejaba de seguir mis costosos pasos. Me quedé demasiado tiempo en medio de una acera estrecha vestida con un disfraz de Caperucita gris y con una cesta llena de manzanas descompuestas. Si, demasiado tiempo el que desperdicié en llantos de amargura y tan poco que tenemos para llenarlo de escenas cinematográficas que jamás olvidaremos, pero lo tenemos. Debemos seguir hacia delante porque la vida es solo un ratito, un ratito en el que un par de estornudos nos parecen apoteósicos pero que según pasa el tiempo te vas dando cuenta de que la vida no es tan fea como la pintaba Schopenhauer. Un buen libro, una película conmovedora, una canción que te sobrecoge el corazón como nunca nada lo ha hecho, un comentario chistoso, una obra de ballet... y algo en tu diminuto cuerpecito consigue que te sientas, aunque sea por unos breves instantes, estimulada, afortunada, satisfecha, alegre, feliz, radiante pero sobre todo, distinta. Te asomas a la ventana de tu habitación, y observas a las personas que pasan, unos altivos, otros con la cabeza casi escondida dentro de sus camisas, pero aún así, el cristal por el que miras ha dejado de ser opaco y ahora se muestra limpio y claro. Te conviertes, después de mucho tiempo y después de haber pensado que has perdido hasta tu propia religión, en esa ratita presumida que no se deja comer por el gato. Porque por mucho que alguien o algo te haya producido esa melancolía absurda y egoísta durante una etapa de tu vida, sabes que debes seguir hacia delante aunque sea por el simple hecho de ser humana. Y no necesitaré una lección de tiza para saber cómo avanzar personalmente, no. Seguiré recorriendo viejos álbumes pero también tendré nuevas metas y sueños ya que, el tiempo, tarde o temprano, nos devora.

Hay recuerdos que son tan dulces que los guardamos dentro de nuestro corazón como si de secretos se tratasen, y posiblemente lo seguirán siendo pero se quedarán en eso, en deliciosos recuerdos. Y aunque ahora se te antoje curar el alma que dejaste sin barrer, no descuidaré mi precioso tiempo en algo tan llano como lo son tus abrazos. Lo emplearé en algo mucho mejor. Soñaré con ser esa persona que se pone detrás de una buena cámara y no delante, para observar y analizar todo lo que sucede frente a mí. Respiraré hondo, me tomaré una taza de alegría a la luz de la luna llena y seguiré hacia delante, porque mis huesos, al igual que los de Amélie, no son de cristal.