SE ACERCA BOLONIA

sábado, 28 de febrero de 2009

Últimamente no paro de oír la palabra Bolonia. Cada vez que se habla de la universidad, alguien menciona a Bolonia. Se dice que los estudiantes se oponen a Bolonia o que los planes de estudios y los títulos universitarios deben adaptarse a Bolonia. Yo hasta hace muy poco tiempo no tenía ni la menor idea de qué era Bolonia, pero sí estaba segura de que, fuera lo que fuera, iba a tener mucha importancia en mi vida. ¿Por qué digo esto? Por la sencilla razón de que el término Bolonia va siempre unido a una fecha clave: el año 2010. Y claro mis compañeros y yo vamos a entrar en la universidad en el curso 2009-2010. ¿Qué nos espera con Bolonia?
Recientemente he descubierto que Bolonia no es el nombre de ningún ministro de educación o algo similar, sino una ciudad italiana donde el 19 de junio de 1999 se firmó una declaración para la unificación de la Universidad europea. Los objetivos de esta reforma universitaria son fundamentalmente tres: formar estudiantes que puedan cursar sus carreras en cualquier universidad europea, mejorar la empleabilidad de los jóvenes a través de titulaciones más competitivas y mejorar la calidad de los centros universitarios. Para ello desaparecen las clásicas diplomaturas y licenciaturas y se sustituyen por un título de grado de cuatro años. Además existirá una formación complementaria del título de grado, constituida por los títulos de master oficial, de uno o dos años, y postgrado, de tres o cuatro, que en la actualidad equivaldría al doctorado, que asimismo desaparece. El plazo para la adaptación al Espacio Europeo de Educación Superior finaliza en el año 2010.

Toda esta información tampoco me tranquiliza demasiado y sí me crea un montón de dudas. Parece seguro que tendré que estudiar una carrera durante cuatro años y al finalizar me darán el título de grado. ¿Esto supone que ahora tendremos que estudiar en cuatro años lo que antes se estudiaba en cinco? ¿Acaso vamos a tener muchas más horas de clase y muchos más exámenes que los estudiantes que han ido a la universidad unos pocos años antes o incluso el curso anterior? O por el contrario, si no es así ¿los nuevos estudiantes saldremos con una preparación peor que los anteriores a la reforma de Bolonia? ¿El título de grado va a equipararse a una licenciatura o vamos a salir perjudicados y tener menos posibilidades a la hora de acceder a un empleo? La verdad es que vamos a iniciar la universidad sin tener las cosas muy claras. Lo peor es que no sé si las autoridades universitarias saben muy bien cómo van a salir de este lío. Nos ha tocado, una vez más, el bonito papel de conejillos de indias. Lo único que podemos hacer es matricularnos en la universidad, cruzar lo dedos, y esperar que el experimento de Bolonia salga lo mejor posible. ¡La suerte está echada!

Cuidado con el euskera!

sábado, 21 de febrero de 2009

Ayer apareció en numerosos medios de comunicación una noticia alarmante para todos los euskaldunes y defensores de la lengua vasca. Según esa noticia, el euskera se ha incorporado a la lista de los idiomas que van a desaparecer por completo en los próximo años.

Es muy preocupante haber llegado a este punto, y más aún ya que todos sabemos que ha sido nuestra culpa, de los que sabemos hablarla y no la utilizamos.
La solución o la perdición está en nuestras manos y tenemos que intervenir lo antes posible. No podemos esperar a que sea demasiado tarde.

Podrían ser un buen comienzo las próxima elecciones a "lendakari" de euskadi del 1 de marzo. Si nosotros elegiríamos un presidente como el del PSOE (que es el que ha salido según las pre-elecciones) en vez de potenciar el euskera, dará facilidades y prioridad a la lengua castellana por lo que mucha gente "euskaldun-berri" dejaría de aprender euskera y se dedicaría a aprender otras lenguas más habladas en el mundo, como puede ser el inglés.

En cambio, si sale como presidente el PNV (digo este partido por su superioridad de poder) o otros partidos que estén a favor del euskera, quitaran como están haciendo hoy en día los modelos A de numerosas escuelas públicas, lo que obligaría a los niños a hablar en euskera tanto en clase como en los recreos y posiblemente en la calle entre ellos.

Sin embargo por muchas leyes que haya, si nosotros no usamos esta antiquísima lengua no hay nada que hacer. Así que a partir de ahora, si queremos que el euskera salga de esta temida lista de idiomas que van a desaparecer no tenemos más que empezar a comunicarnos en euskera. No solo en clase, también entre nosotros en la calle, recreos, cuando vamos a comprar...

Muchas veces no somos conscientes de la ventaja que tenemos al tener una lengua que poca gente habla y que nos une formando un folclore que no podemos dejar desapareces así como así.

Huele a injusticia

martes, 17 de febrero de 2009

Mi madre siempre me decía que la vida es lo que vivimos mientras pensamos como cambiarla, y tras muchos años, creo que por fin voy entendiéndolo. Es verdad, nos pasamos todo el tiempo que nos ofrecen intentando cambiar lo que se mueve y zarandea a nuestro alrededor porque a decir verdad, no es que las cosas vayan extremadamente bien, ni mucho menos. Podríamos llamar a nuestra generación “degeneración” ya que el número de sádicos y degenerados actualmente es indefinible y si no, miren las noticias o lean los periódicos: “Marta castillo, joven de 17 años desaparecida desde el 24 de enero. Días más tarde su exnovio y un amigo de éste son detenidos por ser los presuntos asesinos de la sevillana” o “Un joven planea la muerte de sus propios padres junto con la ayuda de un amigo”.

A todos nos conmocionan estas noticias y esa conmoción suele ir acompañada de un sentimiento de espanto y de incredulidad ¿cómo puede alguien tener tanta sangre fría para poder hacer tal cosa? ¿Se dejaron la ética en la calle del olvido? Me asombra que haya gente con tantos pocos reparos y escrúpulos para asesinar a alguien tan cercano y de esa manera tan despiadada y cruel y una vez más, resbalaron lágrimas de rabia e incertidumbre dejando surcos en mi rostro al leer tales sucesos.

Cada vez me da más la sensación de que nos rodean cosas sin sentido pero quizás sea porque no les buscamos uno verdaderamente. Nadie podría imaginar que se le podría estar pasando por la cabeza al asesino de Marta ni lo que llegó a provocar esa reacción al niño de Gernika para querer acabar con la vida de sus propios padres, pero lo que es evidente, es que el mundo o quizás nosotros necesitemos cambiar. Me siento como en un lago de dudas y misterios respecto a este puzle tan difícil de ordenar pero tengo claro que algo no va bien, y precisamente esa parte de nuestro subconsciente no nos permite entendernos.

Por eso, deberíamos hacer algo al respecto o plantearnos el porqué de todos estos acontecimientos tan brutales, inhumanos y desalmados. Todavía me pregunto hasta cuándo vamos a esperar para hablar sin miedo y sin recelo ya que el tiempo va pasando y la historia repitiéndose. A pesar de todo, no pierdo la esperanza y creo y espero que no sea demasiado tarde para que nos demos cuenta de lo que realmente es bueno e importante. Me preocupa que no vayamos a saber enseñar a nuestros hijos lo que verdaderamente está bien o mal pero no por ello dejaré de luchar contra las injusticias y ante todo, utilizaré como referencia los derechos humanos, algo que muchos de nosotros olvidamos con facilidad pero que no por ello quiere decir que no se deban cumplir o defender.

Aristóteles dijo que la esperanza es el sueño del hombre despierto y estoy totalmente de acuerdo con él. Por eso a pesar de que los sollozos no me dejen pensar con claridad ni ver con nitidez cada vez que leo titulares de asesinatos o hechos semejantes en las primeras páginas de los periódicos, sigo estando despierta ya que la esperanza sigue dentro de mí y confío en que no vayamos a decaer del todo y para siempre. Seguiré buscando algo que me de más vida entre tantos malos gases porque todavía sigo oyendo aquella vieja melodía de armónica plateada con nombre grabado en la parte posterior.

Decisiones


A lo largo de nuestras vidas se nos ha exigido que tomemos decisiones. Nos hemos topado con problemas de distintos niveles; esto varía en la persona, ya que debido a diferentes circunstancias, hay a individuos que se les plantean más trabas en la vida que a otros.

No obstante, no cabe ninguna duda de que por estas fechas todos los estudiandtes de segundo de bachiller tenemos la cabeza a rebosar de inquietudes, inseguridades y múltiples preguntas, dado que se nos pide que tomemos la decisión que problablemente determinará el nuevo rumbo que tomará el camino de cada uno de nosotros.
"¿Qué estaré estudiando el año que viene por estas fechas?" ¿Cuántas veces habrá sido formulada esta pregunta en lo que llevamos de curso? Sin embargo, ¿cuántas veces habrá obtenido alguien la respuesta?

Por otra parte, lo más seguro es que las pocas personas que tienen claro la decisión que tomarán en julio, el día de matricularse en la universidad, seguirán teniendo la siguiente duda: "¿seré capaz de conseguir la nota necesaria en el examen de la selectividad para poder ingresar en la facultad deseada?". Esta cuestión también es importante; ya que, a fin de cuentas, parece ser que el curso transcurre en torno a un único objetivo: La Selectividad. Sólo con nombrarlo a más de una persona nos entra verdadero temor, debido a la gran transcendencia que puede traer la nota obtenida en ese exámen, la cual puede resultar ser la principal razón para poder elegir la carrera universitaria con la que se había soñado, o todo lo contrario.

En vista del arduo camino que hemos recorrido desde aquel día veraniego de septiembre en que volvimos a la rutina de levantarse temprano por las mañanas e ir día tras día a clase, y teniendo en cuenta que el final del curso está a la vuelta de la esquina, mucho más cercano de lo que creemos o queremos creer, tan sólo queda concentrarse en hacer un último esfuerzo para poder dar fin a una larga etapa de nuestras vidas que, sin duda alguna, no será facil de olvidar dado que ha servido tanto para tener conocimientos necesarios para sobrevivir en el mundo, como para formarnos y educarnos como personas; todo esto en la compañía de personas que han llegado a tener una gran importancia en nuestras vidas.

un objetivo,multiples caminos.

lunes, 16 de febrero de 2009

Después de un duro año de trabajo para algunos y empolladas de ultima hora para otros, nos someteremos al temido examen al cual todos los ojos apuntan, las mentes tiemblan ante ella, llegan proyectos de vida, ilusiones, sueños y decepciones para otros. Emprenderemos un camino, pedregoso pero bonito. Cada cual escogerá el suyo y daremos carpetazo a una etapa de nuestra vida ya pasada. Algo de nostalgia quedará, a quien más a quién menos, pero nuevas puertas se están abriendo.

Sin embargo tenemos una idea equivocada de ese camino, tendemos a pensar tal vez por que nuestros padres y ejemplos así nos lo han dibujado, que es un sendero lleno de rosas y frutas del bosque aunque con muchas ortigas donde el objetivo es llegar ala meta con tantas moras en la cesta como podamos.

Pocos son los que no han soñado(y aún menos las madres) en ir a la universidad y hacer una gran carrera como medicina, derecho, ingeniería... acabar con una licenciatura, la especialidad más afín a ti y después. ..¿qué? Trabajar de ello durante toda la vida y cuando la ruta acabe decir: he hecho todo lo que debía en la vida.

Hemos copiado un ejemplo equivocado y ridículo de los norteamericanos. No es que quiera echarles la culpa de todos los marrones del mundo pero nos iría mejor si únicamente tomásemos ejemplo de las ideas admirables y esto no está entre esas.
Se trata de clasificar a las personas en dos grandes y significativos grupos: son los triunfadores y los perdedores. Para ellos (y ahora para nosotros) es bochornoso estar en el grupo de los perdedores, los que juegan mal a béisbol, no tienes carreras, dinero, ni suerte con las novias. Los triunfadores en cambio gozan de una vida supuestamente perfecta con muchas moras en la cesta y una ruta sin charcos.






Nos hemos creído que las peluqueras, los fontaneros, jardineros(pobres de ellos) son unos perdedores, y todo lo que hagan en su vida será mas o menos lamentable y no llegaran a esa perfección que la vida exige con la cual puedes considerarte un ser humano feliz.

Nadie asegura que cuando esa ruta llegue a su fin seas verdaderamente feliz, no tienes más que enterarte de la de “triunfadores” que viven de antidepresivos y mueren de pena, de no saber de lo que es ser libre, de haber seguido el camino predeterminado, que no era más que una ilusión óptica, lamentándose de su falsa perfección.

A fin de cuentas la vida no es la ruta donde debes de llegar impecable. Da igual por donde hallas ido, hallas sido triunfador o caso perdido; no importa el que llegues sucia, cansada o demacrada. Lo importante es que al final puedas decir:

¡Esto si que ha sido un viaje!

A VUELTAS CON LA EUTANASIA

domingo, 15 de febrero de 2009


Hace unos años me impresionó “Mar adentro”, estupenda película dirigida por Alejandro Amenabar e interpretada magníficamente por Javier Bardem. Esa película narraba la vida y la muerte de Ramón Sampedro, tetrapléjico gallego, quien, después de pasarse un montón de años demandando ante los tribunales que le permitieran morir, sin conseguirlo, un día apareció muerto en su cama. El éxito de esta película reabrió una vez más el debate sobre la eutanasia, que etimológicamente significa buena muerte, y desató una fuerte polémica entre sus partidarios y detractores.

Estas últimas semanas hemos asistido a un nuevo debate relacionado con este tema. El caso en esta ocasión ha tenido lugar en Italia, donde Eluana, tras un accidente, ha permanecido en estado de coma durante los últimos diecisiete años, es decir toda mi vida. Cuando por fin su familia ha obtenido la autorización de los tribunales para suprimirle la alimentación y dejarle morir, la polémica se ha desatado en todo el país. La iglesia ha hablado de asesinato y Berlusconi ha intentado aprobar contra reloj una ley que impidiera la muerte de la chica. Sin embargo, Eluana ha ganado su última batalla y ha fallecido antes de que esto sucediera.

¿Se puede hablar de asesinato y de derecho a la vida cuando estamos ante una persona que no puede ver, ni oír, ni hablar, ni pensar, ni sentir, ni tan siquiera llorar? ¿Puede el estado interferir en la voluntad de unos padres que durante diecisiete años han sufrido viendo a su hija convertida en un vegetal, sin posibilidad tan siquiera de alimentarse si no es artificialmente a través de unos tubos? ¿Puede alguien que no se encuentre en esa situación ponerse en la piel de los familiares de Eluana e imaginarse su sufrimiento día tras día, durante diecisiete años, viendo que no despierta y que no existe la más mínima posibilidad de que esto ocurra? En el caso de Sampedro, que no podía realizar movimiento alguno desde el cuello para abajo, su sufrimiento era inmensamente mayor porque era consciente de la situación en la que se encontraba. Sin embargo, debido a sus limitaciones físicas, no podía ni tan siquiera suicidarse, y para morir necesitaba ayuda médica, que le fue negada sistemática. Por último un buen amigo o amiga, exponiéndose incluso a una pena de cárcel, le administró un veneno que puso fin a su sufrimiento.

Es evidente que la eutanasia debe de tener unos límites y que no puede utilizarse para quitar de en medio a todos los ancianos en cuanto enferman y requieren un poco de atención. Sin embargo, en supuestos como el de Eluana se encuentra plenamente justificada porque ni tan siquiera creo que esa vida vegetativa que llevaba pueda calificarse como vida. En casos como el de Sampedro, en el que el enfermo es totalmente consciente de su situación y pide que se le ayude a morir, dado que no puede vivir dignamente, pienso que no se le puede negar una buena muerte controlada médicamente. En mi opinión la eutanasia debería aplicarse, siempre que él lo pida, a todo enfermo terminal, sin ninguna esperanza de curación, para evitar su sufrimiento y el de sus familiares y amigos. En nuestra sociedad cuando un animal enferma sin solución se le lleva al veterinario y se le sacrifica para que no sufra. Parece que nos importa más el sufrimiento de los animales que el de las personas.

Decisiones

sábado, 14 de febrero de 2009


Estas últimas semanas, nuestros cerebros han estado obstruidos y nuestras ideas perdidas. Por una parte tenemos los exámenes, una gran preocupación para los alumnos y para muchos de sus padres. Por otro lado los deberes de última hora que los profesores se proponen meter en los exámenes. Y con ello millones de cosas más: la lluvia, las largas horas de estudio, los trabajos y láminas para entregar, la preparación para el viaje a Praga...

Y los orientadores no han podido escoger otro momento para acudir a nosotros. Y además para hacernos la pregunta cuya respuesta va a marcar nuestras vidas. Una cuestión que, aunque nos la hayan hecho de pequeño, esta vez tiene una importancia sumamente mayor: "¿Qué quieres ser de mayor?"

Aun sabiendo que este momento iba a llegar, no me había preparado. He de admitir que soy una persona muy cautelosa y a veces demasiado perfeccionista, pero en este caso para cuando me he dado cuenta ya era demasiado tarde. Esta vez no he sido suficientemente sagaz como para prever que esto me iba a pasar. Eso no quiere decir que no haya pensado en ello, sino todo lo contrario, que mis intentos de aclararme las ideas ha resultado ser un fracaso.

Hace dos años cuando tuve que decidir en que bachiller iba a matricularme, me decante por el tecnológico por el simple echo de que me cerraba menos puertas. Pero aun así, a la hora de escoger una carrera, me he dado cuenta de que ahora tengo demasiadas puertas que debo cerrar antes de escoger una: si hiciese empresariales como me recomienda mi ama, no sabría de que terminaría trabajando, si por un casual siguiese el consejo de mi tío y fuese a Leioa a hacer física, podría terminar de cualquier manera, y si terminase por hacer una ingeniería tendría que escoger entre más de 40 especializaciones de las que no conozco ni la mitad.

Pero aquí no terminaría el proceso de selección de carrera, porque después tendría que escoger si hacer una ingeniería técnica o superior. Mi mayor preocupación es pensar que si llegase al tercer curso de una ingeniería superior (para lo que tendría que pasar el escobazo de primer curso y superar otro más) y no pudiese seguir, me quedase en cero. Es decir, que sos tres años sólo servirían para aumentar mis conocimientos y nada más. Pero luego tendría otras decisiones más que tomar: el lugar donde me gustaría estudiar, si me alojaría en una residencia o en un piso, si volvería a casa cada fin de semana o una vez al mes, si iría en bus o me compraría un coche...

Resumiendo en pocas palabras, estoy hecho un lío. No tengo ni idea de lo que voy a estudiar y menos si realmente va a ser el trabajo de mis sueños (que tampoco sé a ciencia cierta cual es). Espero que tras terminar los exámenes de esta semana tenga un rato libre para pensarlo con más calma y no me atosiguen con más deberes. Los estudios que estamos llevando a cabo son una preparación para lo que viene posteriormente, y si no tenemos claro cual va a ser nuestro futuro, ¿qué sentido tiene seguir con este estrés? ¿No deberíamos pensar primero en nuestros planes para el después?

¿Super Obama?

miércoles, 4 de febrero de 2009



El 20 de enero fue un día histórico, ya que el 44º presidente de los Estados Unidos Barack Hussein Obama tomó posesión de su cargo en Washington. Los últimos presidentes fueron recibidos muy fríamente. Sin embargo, Obama ha conseguido lo imposible y los ciudadanos le han abierto las puertas de sus hogares de par en par, esperando ansiosamente el comienzo de una supuesta nueva era.


Por otro lado, manos pintadas de rojo despedían en muchos países a Bush, presidente que desgraciadamente nunca podrán olvidar. Familias deshechas, hundidas en la suma miseria, sin nada por lo que vivir, sin sueños por los que luchar, sin siquiera lágrimas, ya que lloraron mucho más de lo que nadie hizo en la historia. Es todo lo que dejó este ex presidente, mientras él se dirigía, impune, a su tierra natal, Texas.


Ocho duros años de guerras, dolor y sufrimiento. ¿Cómo pudieron aguantar? Ellos son los únicos héroes para mí. Aún así, rápidamente se levantaron y sienten que, gracias al nuevo presidente y la política que éste defiende, conseguirán un modelo de vida basado en el respeto y la tolerancia. Además, gracias a su color de piel, Estados Unidos ahora puede decir con la cabeza bien erguida que no es una sociedad racista.


Señores, no nos engañemos, todo el mundo sabe que los afroamericanos siempre han sido el patito feo en esta sociedad tan clasista, simplemente por tener un bronceado algo más oscuro de lo normal. De hecho, el negro siempre ha estado relacionado con el pecado, con el dolor y con la muerte. Y, como no, el blanco no podía simbolizar otra cosa que la paz y la virginidad. Visto lo visto, he aquí mi parecer: blanco bueno, negro malo. Abran los ojos, ¡el racismo sigue en la sociedad!

Después de todo, ¿ustedes creen que el nuevo presidente desconoce estos hechos tan aparentes? Si éste pensara que el racismo ha desaparecido, entonces ¿por qué ha sido él la persona con más guardaespaldas en toda la historia presidencial de los Estados Unidos? Obama es un hombre muy inteligente como bien hemos podido apreciar y los rumores de los posibles intentos de asesinato no han sido suficientes para que esa sonrisa perfecta desapareciera como cenizas tras una ráfaga de viento.


Sin embargo, de todas estas cuestiones, la que más me preocupa no tiene que ver con su etnia, sino con su cociente intelectual. Todos los discursos de Obama han sido inmejorables, es más, no recuerdo político alguno que haya conseguido enamorarme con simples palabras. Aún así, cada una de las frases que fluía entre sus labios, ¿era sincera o simplemente fruto de su astucia? Él quiso enseñarnos su lado más tierno y humano, pero, ¿y si es una simple máscara? O , mejor aún, ¿acaso son todo invenciones del famoso joven de veintisiete años de edad?

Ese amor que un día me hechizó ha sabido dejarse llevar por la razón y, en estos momentos me encuentro a la espera de un cambio, una vida nueva, una alegría, algo que me impulse hacia la verdad. No quiero ilusionarme con promesas, simple palabrería que consigue hacer las rosas florecer pero que tarde o temprano conseguirá que mueran, secas.

Tampoco pretendo frustrarme, la vida sigue su camino y pondrá a cada uno donde se merece. Obama, así mismo, tendrá cuatro años para demostrarnos si debemos fiarnos de los políticos. Hasta entonces, no creeré en los milagros.

Reciclas. ¿Y qué?

martes, 3 de febrero de 2009


Cuando se habla de problemas medioambientales tales como la contaminación, el calentamiento global, el agujero en la capa de ozono y muchos otros problemas que todos saben de memoria, todo el mundo encuentra la misma justificación: “Oye, que yo reciclo”. Y ya está arreglado, al parecer es lo máximo que se puede hacer, así que calmamos nuestra conciencia y a otra cosa. Pues he aquí una verdad como un templo: tu reciclaras todo lo que quieras, pero el mundo sigue jodido. Y es tan culpa tuya como del resto de gente.


El mundo sabe muy bien lo que hay, todos han visto alguna vez algún documental sobre pobres animales que se quedan sin hábitat por culpa de la humanidad y su contaminación. Han leído artículos sobre ello, o les suena el documentan de Al Gore, “una verdad incómoda”. Lo ven, entienden las consecuencias de sus actos, les conmueve, alguno incluso se preguntará que puede hacerse para ayudar, pero ¿Por cuánto tiempo? La mayoría lo olvida al de unos minutos, ellos ya hacen cuanto pueden (tienen tres cubos diferentes de basura, ¡por Dios!) y esas cosas quedan fuera de su alcance. Pero la cruda realidad es que es responsabilidad de todos, porque nos afecta a todos.


El problema con este tema es el pasotismo de la gente ante ello, el no tomárselo demasiado en serio. No parece un verdadero problema, es simplemente una molestia, un mosquito que zumba a tu alrededor impidiéndote vivir del todo a gusto, pero sin llegar a tener demasiada importancia. A fin de cuentas, cosas como el hambre en el mundo o las guerras parecen más importantes y merecen ser resueltos con anterioridad. Tal vez lo que debería plantearse la humanidad es que intentar mejorar la vida no sirve de nada si se destruye el planeta que la alberga.

Pequeñas promesas, grandes cretinos

lunes, 2 de febrero de 2009

Nunca me ha gustado la gente que se cree que está por encima de los demás, que son el ombligo del mundo y que todo gira a su alrededor.
Desde muy pequeñita me a encantado el fútbol, jugarlo y verlo por la tele. Por eso todos los sábados por la noche, cuando dan los partidos de liga, me gusta seguirlos. Y desde que sigo estos partidos me he fijado en las jóvenes promesas del fútbol, que comienzan siendo humildes, sufridores y luchadores y acaban siendo arrogantes, fanfarrones y ególatras.



Cuando tenía unos doce años mi ídolo futbolístico era Fernando Torres, en aquella época era cuando él empezó a meter goles en el Atlético de Madrid y los grandes seleccionadores se empezaron a fijar en él por su rapidez, manejo de balón y puntería a la hora de encajar. Se podría decir que era la gran promesa del Atlético. Pero cuando pasaron un par de años, los productores de publicidad empezaron a sacarle en los anuncios, empezó a aparecer en portadas de revistas como la "Loca", "Bravo", "Super Pop"... y desde entonces se convirtió en un cretino, se creía el mejor, que todo giraba a su alrededor así que yo dejé de confiar en él porque cuando los futbolistas pasan de ser desconocidos a salir en todas las portadas dejan de jugar al fútbol y se dedican más al cotilleo. Este no es el único caso, lo mismo pasó con Beckham y Etoo por ejemplo.



En cambio, hay otros jugadores que son mucho más humildes y por muy buenos que sean no se dejan avasallar por la actualidad televisiva y los programas de corazón, como el futbolista Madridista Raúl que casi nunca habla de su vida privada en público e intentar seguir una vida normal sin llamar mucho la atención.



Pero estas situaciones y cambio de actitud no solo se pasan en el ámbito futbolístico sino que en todas o muchas situaciones de la vida como con los políticos, deportistas en general, actores, periodistas...




Hay gente que dice que para ser bueno en algo hay que tenérselo creído, vale, en eso estoy de acuerdo, pero hay unos límites que no se deben sobrepasar.



Cambiando de ámbito, el pasado 20 de enero el nuevo presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, tomó posesión y entró a la Casa Blanca.


Como todos sabemos, por toda la coba que le han dado en periódicos y televisiones, entre otros lugares, él es el primer presidente negro de los Estados Unidos. Muchísima gente confía en que él va a ser quien de fin a las guerras de Oriente y acabe con la crisis que atraviesa actualmente su país. La verdad es que espero que así sea porque a todos nos gustaría vivir en un mundo sin guerras. Pero yo no se que pensar, viendo todas las situaciones anteriores, puede el triunfo de Obama en las elecciones se le vaya subiendo a la cabeza y acabe gobernando el país como el anterior presidente, Bush. Esperemos que no sea así.




En mi opinión, no todo el mundo tiene porqué se así, tan creído cuando algo bueno le pasa. No quiero pensarlo por lo menos, el cambio de personalidad no tiene porqué ser siempre drástico. Prefiero soñar con un mundo de gente humilde y respetuosa con los demás. No se si alguna vez tendré que cerrar los ojos y soñar...

¿Qué pasaría si perdiéramos lo que tenemos alrededor?

domingo, 1 de febrero de 2009


Por un momento pensé que simplemente era sólo un sueño. Se veía todo tan borroso, tan extraño…
Estaba a punto de gritar y decir a todo el mundo realmente cómo me sentía, pero no podía hacerlo, era incapaz de confesar que estaba viviendo una tortura. Sentía pánico a todas horas. Sobre todo miedo… Miedo a la soledad, esa sensación extraña que se apoderaba de mí cada pocos segundos. No podía imaginarme un mundo sin él. Esa persona que me hizo sentir viva una vez, con la que compartía todo, absolutamente todo.
Pero se fue, ya no volvería, nunca jamás, y yo estaba dentro de mi sueño, dentro de un túnel del que se me hacía cada vez más difícil salir. En ningún momento vi la luz de la salida, no me apetecía, no tenia ganas de ver el mundo real, un mundo en el que las cosas no serían como antes.

Me sentía deprimida, como fuera de lugar, en un mundo donde no encajaba. Esa angustia que sentía nadie la podía entender, no si no lo había vivido.
Quería salir corriendo, y encerrarme en mi habitación, en mi mundo, sin que nadie me molestase. Estaba escuchando la radio a todo volumen, y al mismo tiempo gritaba, lloraba…
Entonces, me desperté. Abrí los ojos y estiré mi mano al otro lado de la cama, donde estaba el, plácidamente durmiendo, como siempre lo hacía, sin molestar. Y entonces supe que todo fue una pesadilla, en la que en un momento pensé que era realidad y me di cuenta de lo que realmente sentía por esa persona ya que no podría soportar su ausencia.


La felicidad...Podría decirse que es un estado de ánimo en el que se pueden
experimentar emociones placenteras.
La felicidad no se logra mediante
grandes golpes de suerte
que pueden ocurrir en contadas ocasiones,
sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días.

La actitud positiva frente a las cosas cotidianas hace que resulten gratificantes y contribuyen
en nuestra felicidad. La sensación que captura nuestro cuerpo en un estado pleno de felicidad
es indescriptible pues cada persona es un mundo y captamos de diferente manera este estado dependiendo del momento en el que nos encontramos.
No odies. Odiar a otras personas solo impide tu felicidad, ya que guardas un mal sentimiento dentro de ti. Es preferible limitarse a ignorar a aquellas personas que te desagradan.
Dedicarte tiempo a ti mismo para hacer aquello que más te gusta, ya sea dibujar, leer,
escuchar música, pasear…llena de satisfacción a todo el mundo y es algo imprescindible
para alcanzar la felicidad.
Nacemos y vivimos siempre con esta meta, alcanzar por todos los medios posibles la felicidad,
y algún día, en cualquier parte nos encontraremos a nosotros mismos,
y ésa, sólo ésa, será la más feliz o la más amarga de nuestras horas.
Deberíamos darnos cuenta de que nada es demasiado importante,e intentar
desprendernos de todas esas sensaciones que por un motivo u otro
no nos permiten lograr nuestro propósito de felicidad.