un objetivo,multiples caminos.

lunes, 16 de febrero de 2009

Después de un duro año de trabajo para algunos y empolladas de ultima hora para otros, nos someteremos al temido examen al cual todos los ojos apuntan, las mentes tiemblan ante ella, llegan proyectos de vida, ilusiones, sueños y decepciones para otros. Emprenderemos un camino, pedregoso pero bonito. Cada cual escogerá el suyo y daremos carpetazo a una etapa de nuestra vida ya pasada. Algo de nostalgia quedará, a quien más a quién menos, pero nuevas puertas se están abriendo.

Sin embargo tenemos una idea equivocada de ese camino, tendemos a pensar tal vez por que nuestros padres y ejemplos así nos lo han dibujado, que es un sendero lleno de rosas y frutas del bosque aunque con muchas ortigas donde el objetivo es llegar ala meta con tantas moras en la cesta como podamos.

Pocos son los que no han soñado(y aún menos las madres) en ir a la universidad y hacer una gran carrera como medicina, derecho, ingeniería... acabar con una licenciatura, la especialidad más afín a ti y después. ..¿qué? Trabajar de ello durante toda la vida y cuando la ruta acabe decir: he hecho todo lo que debía en la vida.

Hemos copiado un ejemplo equivocado y ridículo de los norteamericanos. No es que quiera echarles la culpa de todos los marrones del mundo pero nos iría mejor si únicamente tomásemos ejemplo de las ideas admirables y esto no está entre esas.
Se trata de clasificar a las personas en dos grandes y significativos grupos: son los triunfadores y los perdedores. Para ellos (y ahora para nosotros) es bochornoso estar en el grupo de los perdedores, los que juegan mal a béisbol, no tienes carreras, dinero, ni suerte con las novias. Los triunfadores en cambio gozan de una vida supuestamente perfecta con muchas moras en la cesta y una ruta sin charcos.






Nos hemos creído que las peluqueras, los fontaneros, jardineros(pobres de ellos) son unos perdedores, y todo lo que hagan en su vida será mas o menos lamentable y no llegaran a esa perfección que la vida exige con la cual puedes considerarte un ser humano feliz.

Nadie asegura que cuando esa ruta llegue a su fin seas verdaderamente feliz, no tienes más que enterarte de la de “triunfadores” que viven de antidepresivos y mueren de pena, de no saber de lo que es ser libre, de haber seguido el camino predeterminado, que no era más que una ilusión óptica, lamentándose de su falsa perfección.

A fin de cuentas la vida no es la ruta donde debes de llegar impecable. Da igual por donde hallas ido, hallas sido triunfador o caso perdido; no importa el que llegues sucia, cansada o demacrada. Lo importante es que al final puedas decir:

¡Esto si que ha sido un viaje!

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