¿Super Obama?

miércoles, 4 de febrero de 2009



El 20 de enero fue un día histórico, ya que el 44º presidente de los Estados Unidos Barack Hussein Obama tomó posesión de su cargo en Washington. Los últimos presidentes fueron recibidos muy fríamente. Sin embargo, Obama ha conseguido lo imposible y los ciudadanos le han abierto las puertas de sus hogares de par en par, esperando ansiosamente el comienzo de una supuesta nueva era.


Por otro lado, manos pintadas de rojo despedían en muchos países a Bush, presidente que desgraciadamente nunca podrán olvidar. Familias deshechas, hundidas en la suma miseria, sin nada por lo que vivir, sin sueños por los que luchar, sin siquiera lágrimas, ya que lloraron mucho más de lo que nadie hizo en la historia. Es todo lo que dejó este ex presidente, mientras él se dirigía, impune, a su tierra natal, Texas.


Ocho duros años de guerras, dolor y sufrimiento. ¿Cómo pudieron aguantar? Ellos son los únicos héroes para mí. Aún así, rápidamente se levantaron y sienten que, gracias al nuevo presidente y la política que éste defiende, conseguirán un modelo de vida basado en el respeto y la tolerancia. Además, gracias a su color de piel, Estados Unidos ahora puede decir con la cabeza bien erguida que no es una sociedad racista.


Señores, no nos engañemos, todo el mundo sabe que los afroamericanos siempre han sido el patito feo en esta sociedad tan clasista, simplemente por tener un bronceado algo más oscuro de lo normal. De hecho, el negro siempre ha estado relacionado con el pecado, con el dolor y con la muerte. Y, como no, el blanco no podía simbolizar otra cosa que la paz y la virginidad. Visto lo visto, he aquí mi parecer: blanco bueno, negro malo. Abran los ojos, ¡el racismo sigue en la sociedad!

Después de todo, ¿ustedes creen que el nuevo presidente desconoce estos hechos tan aparentes? Si éste pensara que el racismo ha desaparecido, entonces ¿por qué ha sido él la persona con más guardaespaldas en toda la historia presidencial de los Estados Unidos? Obama es un hombre muy inteligente como bien hemos podido apreciar y los rumores de los posibles intentos de asesinato no han sido suficientes para que esa sonrisa perfecta desapareciera como cenizas tras una ráfaga de viento.


Sin embargo, de todas estas cuestiones, la que más me preocupa no tiene que ver con su etnia, sino con su cociente intelectual. Todos los discursos de Obama han sido inmejorables, es más, no recuerdo político alguno que haya conseguido enamorarme con simples palabras. Aún así, cada una de las frases que fluía entre sus labios, ¿era sincera o simplemente fruto de su astucia? Él quiso enseñarnos su lado más tierno y humano, pero, ¿y si es una simple máscara? O , mejor aún, ¿acaso son todo invenciones del famoso joven de veintisiete años de edad?

Ese amor que un día me hechizó ha sabido dejarse llevar por la razón y, en estos momentos me encuentro a la espera de un cambio, una vida nueva, una alegría, algo que me impulse hacia la verdad. No quiero ilusionarme con promesas, simple palabrería que consigue hacer las rosas florecer pero que tarde o temprano conseguirá que mueran, secas.

Tampoco pretendo frustrarme, la vida sigue su camino y pondrá a cada uno donde se merece. Obama, así mismo, tendrá cuatro años para demostrarnos si debemos fiarnos de los políticos. Hasta entonces, no creeré en los milagros.

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