¿Queremos ser felices?

viernes, 2 de enero de 2009


He estado leyendo diferentes artículos y me ha llamado la atención en especial uno en el que el autor habla sobre la felicidad, de cómo podemos encontrarla y la buscamos constantemente. A mi parecer, eso no es así. Nosotros no buscamos la felicidad, aunque así lo pretendamos no es lo que en realidad queremos. Y os voy a contar porque.
Para empezar, creo que no entendemos bien el significado de felicidad. Instintivamente, al pensar en ella nos vienen a la cabeza muchos lujos, amantes, fortuna, cosas materiales en general. Yo, sin embargo, creo necesario centrarse más en la parte psicológica, en nuestro estado de ánimo y sentimientos. Y ahí es donde creo que se demuestra el no querer ser felices.


Hace tiempo hablaba con un amigo sobre éste mismo tema, y él me lo hizo ver bien claro. Me pregunto cuál era mi mayor ambición en la vida, y le contesté que ser feliz. Me sonrió y me dijo haber si cambiaría mi vida con la de alguien con algún tipo de atraso mental muy fuerte. Lo miré extrañada y me dijo que había casos seguros en los que personas así eran completamente felices, todo el rato. Si les pegas les parece bien, si los abrazas les parece bien, simplemente porque no pueden juzgarlo ni analizarlo. Mientras tuviese mis necesidades básicas cubiertas (comida, bebida, frío,…) sería feliz, lisa y llanamente. Pero ahí me asaltaron las dudas, ya que no parece una forma de vida muy atractiva. Así me demostró el que no buscamos la felicidad simplemente, buscamos lo que creemos que es la felicidad, pero amoldado a nuestra manera, como la hemos imaginado.


Otra cosa de la que me he dado cuenta es que, aun si consiguiésemos ser felices, no duraría. Buscamos dramas, somos así por naturaleza. Cada día que pasa me doy más cuenta de que no podemos ser felices por mucho tiempo, no estamos acostumbrados. Necesitamos tener algo que contar, algo por lo que llorar, por lo que dar vueltas a la cabeza, y si no lo hay, nos lo inventamos. ¿Cuántas veces os han dicho la mítica frase de “no es para tanto, yo creo que exageras”? Y seguramente tengan razón, pero tú ya tienes algo por lo que preocuparte o enfadarte y no lo vas a dejar caer tan fácilmente. También está la frase que adoramos de “mi vida es una mierda”, aunque lo tengas todo, solo que no cómo te lo habías imaginado, no eres capaz de mirar más allá y darte cuenta de que tienes la felicidad al alcance de tu mano, porque es más interesante no conformarse y armar dramas por ello. Una vez en un capítulo de Mujeres Desesperadas, una mujer le reprochaba a otra que por mucho que encontrase al hombre que ama nunca sería feliz, porque siempre habría algo que no estaría bien, algo por lo que discutir o llorar. Y es verdad, siempre lo habrá, y si no lo hay exageraremos cualquier tontería para encontrarlo. Lo que trato de explicar aquí es que, de alguna forma, creo que una vida totalmente feliz se nos haría vacía, sosa, porque no es lo que buscamos. No creemos en un “y vivieron felices para siempre”. Es demasiado perfecto, demasiado irreal. Queremos vivir en el mundo real, en el que nadie es completamente feliz. ¿O acaso alguien puede decir completamente seguro que no cambiaría nada de subida porque lo tiene todo? Lo dudo.


No hemos oído muchas veces la frase de “la verdad absoluta no existe, y si existiese seríamos incapaces de expresarla”. En mi opinión lo mismo pasa con la felicidad. No sé si habrá alguien que se considere completamente feliz en este mundo pero, en caso de haberlo, dudo que pueda expresar como lo ha conseguido o que hay que hacer para ello, porque puede que tenga tantos o menos recursos que nosotros, pero sepa darle importancia a las cosas que de verdad la tienen.

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