Jóvenes

martes, 13 de enero de 2009

Me encantan los sábados por la noche. Mucha gente los aprovecha para salir de fiesta con sus amigos, pero yo me he cansa de eso, ahora me gusta la vida cómoda.
Después de haber estado toda la tarde por la calle con mis amigos, vuelvo a casa un poco antes de las diez, me preparo la cena, me siento en el sofá y veo el partidito de la sexta.

Bueno, el caso es, que el sábado pasado, mientras mi aita y yo veíamos el partido se nos ocurrió hablar de los jóvenes deportitistas de hoy en día. La verdad es que nunca me había quedado pensando en ello, pero después de aquella noche pude darme cuenta de que los jóvenes de hoy en día somos unos vagos (entre otras cosas).

Mi padre me estuvo comentando que cuando él era pequeño las cosas eran muy diferentes. La gente era mucho más sufridora y los entrenadores y muchas veces las personas mismas se exigían mucho más de lo que ahora se exige.


Entonces un jugador del Valencia,- del partido que estábamos viendo- con un ligero roce con un jugador del Villareal se tiró al suelo y ahí estuvo tendido en el área del equipo contrario haciéndose es mártir mientras otros jugadores de su equipo le exigían al árbitro penalti y targeta al pobre jugador que apenas había tocado a su contrincante.

- ¡Esto no pasaba antes!- me dijo mi aita- los futbolistas no hacían tanto teatro. Antes, si les hacían una entrada fuerte, seguían jugando, ahora, el entrenador dará descanso a su jugador golpeado para que se recupere y sacará a otro...

Tenía toda la razón: son unos blandos, unos débiles, unos quejicas... y lo mismo pasa en todos los ámbitos, no sólo en el deporte, esto es un simple ejemplo.

Pero, ¿quién es el culpable de esto? Yo les echaría la culpa a los adultos que son los que nos llevan por el camino fácil, nos van apartando las piedras, construyendo puentes y solucionando problemas... y luego se quejan de que no sabemos hacer las cosas nosotros solos, que siempre dependemos de alguien.

Si desde pequeños en la escuela nos habrían exigido más en los estudios, nos habríamos acostumbrado y habríamos aprendido a organizarnos y estudiar más y mejor. Si en el deporte nos habrían dado más palizas, ahora seríamos unos buenísimos deportistas. Si nos habrían puesto más límites, ahora no seríamos tan alocados y llegaríamos a casa pronto y no temprano como muchos jóvenes de hoy en día.

Por lo tanto, cuando las personas mayores nos critican, hacerles reflexionar, porque han sido ellas las que nos han hecho convertirnos en lo que ahora somos. Sólo por querer mimarnos más y ponernos las cosas fáciles, ahora somos unos ignorantes, dependientes y débiles adultos.

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