¿Cuestión de suerte?

viernes, 30 de enero de 2009

“Aquel que dijo “más vale tener suerte que talento” conocía la esencia de la vida. La gente tiene miedo a reconocer que gran parte de la vida depende de la suerte, asusta pensar cuántas cosas se escapan a nuestro control. En un partido hay momentos en que la pelota golpea el borde de la red, y durante una fracción de segundo puede seguir hacia delante o caer hacia atrás. Con un poco de suerte sigue hacia delante y ganas, o no lo hace y pierdes.” Esto es lo que dice el protagonista en la primera escena de la película de Woody Allen, Match point, curiosa por cierto, a su estilo, como siempre.
Vi esta película en el cine hace ya varios años pero creo que he llegado a pensar tantas veces en la suerte, el trabajo y el esfuerzo, que una vez más, aquel símil que hace Jonathan Rhys-Meyers entre la vida y un partido de tenis, volvió a recorrer mi mente.

Muchas veces, creemos que las recompensas son injustas y que el trabajo hecho no recibe el valor que debería y viceversa. Por ejemplo, un crimen puede salir impune si el azar juega en su favor y del mismo modo, si la suerte acompaña al culpable, no tendrá que dar cuenta de sus actos. Y probablemente, muchos criminales creerán plenamente en la suerte por ser precisamente ella quién les haya salvado la vida, como a tantas otras personas en temas muy diversos. Pero, ¿qué es la suerte?

Para muchos, quizás sea algo considerablemente más importante que el talento, ya que la suerte siempre trae alegrías que incluso puede que no provengan de ningún tipo de esfuerzo, mientras que el sacrificio y el empeño no siempre son debidamente correspondidos. Cuando creemos que hemos hecho algo grande, automáticamente pensamos en lo que recibiremos a cambio ya que damos por hecho que hemos ofrecido todo lo que podíamos dar, pero muchas veces, simplemente era lo que había que hacer y con un poquito de suerte, puede que consigamos una pequeña valoración. Y aquí es donde aparece de nuevo “la suerte”, algo abstracto e indefinible y por ello no menos inexistente.

Por eso creo que no debemos abandonar nuestro cometido a pesar de creer en la suerte ya que como muchas veces solemos decir, también existe “la mala suerte” y las veces que nos traiciona creo que podrían llegar a ser innumerables. Sin embargo, tampoco debemos bajar la cabeza ante la mágica suerte porque nos da ánimos y fe para, al menos, intentar lograr nuestros propósitos.
Creo que por muy sensatos y realistas que seamos, siempre creeremos en esa suerte que tantas veces pensamos que nos ayuda, como en un examen, en una actuación, en la lotería...o incluso en un partido de tenis, que aunque posiblemente sea más por razones de talento, sacrificio o simplemente cuestión de física...siempre hay alguien que te deseará suerte antes de salir al estadio, porque al fin y al cabo, debemos creer en algo más de lo que se presenta ante nuestros ojos siempre tan limitados y en baja forma.

0 comentarios: