Como siempre por estas fechas he empezado a pensar en las novedades que nos traerá el nuevo año. A nivel internacional, a pesar de que Estados Unidos tendrá por primera vez un presidente negro, no parece que cambiarán mucho las cosas. Continuarán las guerras, seguirá muriendo gente de hambre, incluidos muchos niños, y los políticos en general no harán nada por evitarlo. Desde el punto de vista económico, según todas las informaciones, la crisis continuará e incluso empeorará, por lo que muchas personas perderán su trabajo. Así, a primera vista, no parece que haya muchos motivos para ser optimista.
Sin embargo, para mí y mis amigos, 2009 puede ser un año muy importante. Será el año en que cumplamos los dieciocho y, en consecuencia, adquiramos la mayoría de edad. Ello nos dará derecho a votar, aunque yo no creo que pueda hacerlo de momento porque las elecciones son en marzo y mi cumpleaños no es hasta septiembre. Además podremos sacar el carnet de conducir, con la libertad que eso te da para ir de un sitio a otro sin depender de los horarios de autobuses y trenes. Y como seremos mayores de edad, podremos ir de fiesta en fiesta por todos los pueblos sin preocuparnos de la hora de llegar a casa. Sin embargo, lo más importante para mí, si todo sale bien, apruebo el curso y la selectividad y saco una buena nota, es que el año que viene iré a la Universidad y podré estudiar por fin lo que yo quiera y olvidarme para siempre de algunas asignaturas que me traen por la calle de la amargura.
De todas formas, creo que no solo yo sino todos deberíamos ser más optimistas de cara al nuevo año. Sé que no será fácil por la crisis económica, la violencia y los demás problemas que todos conocemos. Ahora bien, sin en vez de quejarnos y lamentarnos, cada uno de nosotros hace un esfuerzo por intentar mejorar las cosas, quizá el próximo año no sea tan desastroso como nos lo están anunciando. Al fin y al cabo nunca se sabe en qué momento se puede descubrir la vacuna contra el SIDA o la malaria o un remedio definitivo contra el cáncer. Habrá que esperar hasta diciembre de 2009 para saber si efectivamente ha sido un buen o un mal año, pero mientras tanto hay que ser optimista e intentar que sea el mejor año de nuestra vida.
Sin embargo, para mí y mis amigos, 2009 puede ser un año muy importante. Será el año en que cumplamos los dieciocho y, en consecuencia, adquiramos la mayoría de edad. Ello nos dará derecho a votar, aunque yo no creo que pueda hacerlo de momento porque las elecciones son en marzo y mi cumpleaños no es hasta septiembre. Además podremos sacar el carnet de conducir, con la libertad que eso te da para ir de un sitio a otro sin depender de los horarios de autobuses y trenes. Y como seremos mayores de edad, podremos ir de fiesta en fiesta por todos los pueblos sin preocuparnos de la hora de llegar a casa. Sin embargo, lo más importante para mí, si todo sale bien, apruebo el curso y la selectividad y saco una buena nota, es que el año que viene iré a la Universidad y podré estudiar por fin lo que yo quiera y olvidarme para siempre de algunas asignaturas que me traen por la calle de la amargura.
De todas formas, creo que no solo yo sino todos deberíamos ser más optimistas de cara al nuevo año. Sé que no será fácil por la crisis económica, la violencia y los demás problemas que todos conocemos. Ahora bien, sin en vez de quejarnos y lamentarnos, cada uno de nosotros hace un esfuerzo por intentar mejorar las cosas, quizá el próximo año no sea tan desastroso como nos lo están anunciando. Al fin y al cabo nunca se sabe en qué momento se puede descubrir la vacuna contra el SIDA o la malaria o un remedio definitivo contra el cáncer. Habrá que esperar hasta diciembre de 2009 para saber si efectivamente ha sido un buen o un mal año, pero mientras tanto hay que ser optimista e intentar que sea el mejor año de nuestra vida.
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