** Cada loco con su tema **

miércoles, 21 de enero de 2009


Cualquiera que vea de vez en cuando los deportes en la televisión o lea el periódico sabrá ya de lo ocurrido el pasado domingo en El Bernabeu. Y para el que no se haya enterado aquí lo explico un poco por encima. El pasado domingo se disputó un partido de fútbol en el Bernabeu, los equipos que jugaban eran el Osasuna y el Real Madrid. El Osasuna necesitaba conseguir puntos de cualquier manera ya que están en la cola de la Liga. El partido comenzó con normalidad hasta el momento en el que el Osasuna llegó al área del otro equipo. El osasunista Juanfran recibió una falta y cayó al césped, lo que el árbitro vio como teatro. Por esa razón, el jugador se quejó y el árbitro le sacó una tarjeta amarilla, por ambas razones. El partido siguió hasta que el mismo jugador volvió a caer al césped en el área del equipo contrario, porque un jugador del Real Madrid lo había pisado y empujado. En el primer momento, tras el acto, el árbitro principal pitó penalti a favor del Osasuna pero al ver que el linier creía que Juanfran se había tirado, el árbitro principal le sacó tarjeta amarilla. Lo que conllevó a la expulsión del jugador, además de perder la oportunidad de tirar el penalti.

Entre tanta polémica y después de analizar las imágenes del partido el comité de árbitros le ha quitado una de las tarjetas al jugador osasunista, explícitamente la segunda, ya que creen que realmente si era penalti. Pero, esto no hace que el Osasuna tenga esa oportunidad de conseguir puntos tirando el penalti robado. A parte de eso el árbitro ha sido sancionado y no podrá arbitrar en un mes.

Todo esto está teniendo mucha polémica y se le está dando gran importancia, el árbitro está siendo muy criticado mientras que el jugador está quedando como un santo. Pero la verdad es que a mí el árbitro me da mucha pena. Las aficiones de los equipos insultan, gritan, desprecian… a los árbitros muchas veces solamente por hacer bien su trabajo o por intentar hacerlo con imparcialidad. Miras hacia las gradas y ves animales brutos, mal educados, violentos que solamente se preocupan por ganar y pasan por encima de quien sea, desprecian a los árbitros sin darse cuenta de que son personas que están trabajando.

Desde pequeña me enseñaron que para salir a flote no hay que ahogar al resto, tienes que intentar nadar por ti mismo. La afición debería saberlo y animar a su equipo lo máximo posible dejando al resto en paz. El árbitro puede confundirse, es humano, un humano que trabaja tomando decisiones que sabe que no pueden agradar a todos, pero se merece respeto como cualquier persona. Aunque lo peor no se esconde entre las gradas si no que orgulloso se deja ver correteando por el campo, buscando una oportunidad para brillar como haría un buen actor. Me asombro y me hace gracia cuando veo que los jugadores se tiran al suelo como si fueran a morir allí y de repente al ver que no se pita ninguna falta, como por arte de magia se levantan corriendo tras el balón. Me parece triste, penoso. Si estás ahí por lo menos demuestra que te lo mereces, las gradas están llenas, expectantes para verte jugar, y no actuar. Para eso ya están los teatros ¿No? Ya te vale y te sobra con ser jugador de fútbol a si que no seas pluriempleado y haz lo que deberías. Zapatero a sus zapatos.

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