Niños estrella

domingo, 3 de mayo de 2009



Cada vez más padres inscriben a sus hijos en una agencia de modelos desde las edades más prematuras – a veces a partir de los tres años – para acudir a castings esparcidos por todo el estado. Como no: Las pequeñas cabecitas rubias son las más solicitadas, con gran diferencia.

Hoy en día, los niños son utilizados en un sesenta por ciento de la publicidad televisada que concierne a los productos destinados a lo más pequeños. Este hecho es subrayado continuamente por los sociólogos, alarmando a la sociedad pero, a su vez, sin obtener respuesta alguna.

Los pequeños se han convertido en argumento de venta ya que los publicistas han comprendido a la perfección que ellos influencian a los progenitores a la hora de efectuar sus compras.


Todo esto anima forzadamente a los padres a tentar su suerte y adentrarse en la aventura. Es todavía más cierto que después de las emisiones Operación Triunfo o Fama las estrellas de la televisión se han convertido en dioses. Y superar un casting permite llegar a ser famoso, al menos por un día.

De esta forma, estos programas refuerzan la idea cada vez más consolidada en nuestra sociedad de que existen dos caminos para triunfar: los estudios o el estrellato.

Dar una oportunidad de descubrir el mundo mágico del espectáculo, ganar una gran suma de dinero en el futuro, realizar algo diferente a la tan aburrida rutina de ir a la oficina o a la fábrica… es el sueño de muchos progenitores. Sin embargo, para algunos, ese sueño se convierte en obsesión, hasta tal punto que acaban dañando a su propio hijo.

En más de una ocasión, de hecho, los padres mismos son unos verdaderos tiranos. Muchos psicólogos afirman haber escuchado esta frase:

Si no sonríes, no hay caramelos… ¡y mamá se enfadará!

El ámbito deportivo también sufre esta tendencia. Las federaciones atrapan a los talentos cada vez más temprano, en general alrededor de los seis años, para “fabricar” campeones cada vez mejores.

Nada fácil para los padres rechazar tan apetitosa oferta. Cabe decir que, en efecto, sin el apoyo de ellos, es inútil que los pequeños se conviertan en grandes campeones. Sin embargo, en el deporte también, algunos padres están dispuestos a todo para que su niño sea una gran estrella.

En gimnasia rítmica, por ejemplo, muchos padres abandonan su trabajo para poder seguir a su hija en cada movimiento que efectúe.

“Si no ganas, si no eres la mejor, tendremos graves problemas, ¡habremos venido aquí para nada!”

¿Creen que así sólo están ayudando a que el espíritu luchador y competitivo del pequeño salga a flote?. No obstante, esa manera de pensar le destruye la vida. ¿Alguna vez se han parado a pensar si a estos niños les gusta el patinaje, o posar en las fotos? Ellos simplemente quieren ser como los demás, personas alegres, juguetonas que saben disfrutar de cada segundo de sus vidas. Los niños estrellas han perdido la sonrisa, se la arrebató ese flash que tanto ansiaba esos dientes perfectos.

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