jueves, 7 de mayo de 2009

Ahora que andamos estudiando el régimen franquista, la represión de aquella época no tan lejana, la dictadura, las leyes…me he parado a pensar y no me explico cómo un país puede ser tan sumamente patético. No me refiero solo al hecho de que hayamos sufrido dos dictaduras, que ya es decir, teniendo en cuenta además que una duro casi cuarenta años…sino a la monarquía, al rey y a toda su familia que hoy en día todavía vive del cuento.
Sábado, 22.00 pm, tele5, la nuera de la prima del rey en pantalla.
23.43pm, tele5, sigue en pantalla, ¿es qué acaso tiene tanto, o algo que decir? La población española sigue diariamente la vida de gente que por motivos absurdos se ganan la vida a base de contar sus vidas por el mérito de ser…espera, de ser…la ¿pariente de un rey que fue puesto a dedo por Franco? Pues sí, así es.
La monarquía en España se remonta a los descendientes de Los Reyes Católicos (exceptuando las dos repúblicas y el franquismo)y hoy por hoy todavía posee más poderes de los que muchos de nosotros imaginamos. Además de ser el jefe de las Fuerzas Armadas, tiene el poder ejecutivo de proponer el candidato a Presidente de Gobierno, y en su caso, nombrarlo; esta es la facultad constitucional que tiene mayor transcendencia política. Puede también sancionar y promulgar leyes, nombrar y separar a los miembros del Gobierno… y un sinfín de poderes constitucionales más.
Y no sólo se trata de los poderes ejecutivos y constitucionales que tiene el rey, sino de todo el dineral que le cuesta al estado y a todos los habitantes de éste el hecho de que haya monarquía. Pues bien, Según consta en el texto de la Ley Orgánica de los Presupuestos Generales del Estado para 2005, se destinan dos partidas: una genérica para la «Jefatura del Estado», referencia 911M, por un importe total de 7.776.340,00 euros; y otra de «Apoyo a la gestión administrativa de la Jefatura del Estado», cuyo importe asciende a 5.282.130,00 euros. Es decir, en total: 2.172.746.589 pesetas, en un año.
Luego ocurren desfachateces como que unos pobres ancianos con necesidades como una residencia no puedan recurrir a ayudas económicas, lo escaso en inversiones de programas de investigación…
En conclusión, el rey sobra. Tener un rey no es útil, porque el pueblo no necesita más unidad que su propia unión, ni más permanencia que la libertad, expresada en su capacidad de votar para cambiar las cosas…De cualquier modo, todas esas cosas que se supone que corresponden al monarca, son competencias que deberían ser exclusivas de la persona que el pueblo elija cada cuatro años.

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