Verdades ocultas por máscaras de papel

viernes, 17 de abril de 2009




Al principio todo era muy simple: Cada uno conocía a sus amistades y amores en la facultad, en el trabajo, en la boda de la prima, en los clubes deportivos o círculos culturales. Se relacionaban con gente perteneciente al mismo mundo, con iguales referencias y casi las mismas opiniones. Eso era antes…

Con la explosión del fenómeno Internet todas esas ideas han quedado atrapadas bajo la alfombra, presas, sin poder escapar. Ahora, a base de un solo click mantenemos el contacto con un chico o una chica que nunca, si ningún tipo de duda, podría haberse cruzado en la trayectoria tan balizada de nuestras existencias.

El principio es casi siempre el mismo: Se elige un nick, se confía a Internet algunos elementos susceptibles para definir su personalidad, se precisa la búsqueda (hombre, mujer, amor, amistad) y se deja funcionar a la máquina.

“Hemos encontrado X personas correspondientes a su petición”



Aquí, todos al desnudo pero cómodamente colocados frente al ordenador, se encuentran ansiosos por tentar su suerte. Hace falta lanzarse para encontrar, para hablar, para seducir… Hablar sin voz, hablar por el mágico tecleo causado por el incesante movimiento de diez dedos.

Para un gran número de personas esta experiencia es única, aseguran haber encontrado lo que buscaban; gente maravillosa con la que compartir los mejores y peores momentos de sus vidas.

Sin embargo, es obvio que la desnudez no es completa. De hecho, muchas de las personas que se encuentran conectadas en este tipo de páginas se cubren el rostro por una máscara aparentemente invisible, pero tan obvia en el futuro. Las mentiras fluyen por la red y, sí, es peligroso, demasiado.

Ahora dime: ¿Quién te dice a ti, amigo, que la persona con quien estás hablando te dice la verdad?

Sinceramente, no le creas, no confíes en el, por lo menos al principio. No pienses que ese nuevo chico o chica que apareció por arte de magia es tu amor verdadero porque, probablemente, no será quien realmente piensas que es. De hecho, si enciendes el televisor te darás cuenta de la cruda realidad. Cada vez existen más casos de asesinatos de jóvenes, posiblemente de edad cercana a la tuya o, quien sabe, puede que de la misma, por culpa de Internet. Sí, como lo oyes, los jóvenes se confían y quedan con su amigo, amiga, amado o amada. ¿Y qué es lo que ocurre? Que ese príncipe o princesa no es más que un ogro, te mintió y ahora es cuando tú te das cuenta y corres, gritas, quieres escapar. Pero ya es demasiado tarde porque te encuentras entre sus garras. Nadie podrá salvarte y habrás aprendido la lección. Sin embargo ya no te servirá para nada.

¿Quieres llegar hasta tal extremo? Entonces sé precavido, está bien experimentar sensaciones nuevas pero recuerda: más vale malo conocido que lo bueno por conocer.

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