Más allá de un sueño

miércoles, 8 de abril de 2009

“Vencer la pobreza” ¿es algo imposible? En mi opinión, imposible no es la palabra, sino, DIFÍCIL. Y os preguntareis ¿cómo combatir contra algo que se expande a través del mundo? Abreu intenta aproximarse a una solución posible en la cual habla del instrumento musical como arma contra la marginación social. “El niño que no tiene nada, que es anónimo y pobre, cuando se encuentra con el instrumento, encuentra la vida. Se entrega con pasión”

El compositor y organista venezolano Jose Antonio Abreu, considerado uno de los iconos culturales y musicales de Venezuela, fundó “El sistema” en 1975, donde utilizó y utiliza la educación musical para el desarrollo comunitario, la integración social y la solidaridad, que tiene como su máxima expresión la Orquesta Sinfónica de la juventud Venezolana Simón Bolivar. “El Sistema” es una red de 246 centros docentes en todo el país, donde 250 mil niños y jóvenes, en su mayoría pobres, aprenden música y tocan en cerca de 600 orquestas.

El proceso no fue nada fácil y cualquiera sin conocimiento alguno del resultado, hubiera pensado en su imposibilidad, pero no fue así. Comenzaron dejándole 50 atriles, para que en el primer ensayo pudieran ensayar 100 niños, de los cuales solamente aparecieron 11. Desde ese mismo instante todo lo propuesto se convirtió en un verdadero reto para Abreu quien no tiró la toalla en ningún momento.

Lo más importante de todo esto es que el arte, desde que se fue fundado “El Sistema”, se ha convertido en un derecho social, en un derecho de todos, y cabe decir que el arte y la música en concreto, puede llegar a todos, conmover el alma de cada individuo. Por eso, esos niños, tan insignificantes para muchos antes de pertenecer a esta orquesta, fueron capaces de levantar audiencias y de que se les hiciera un hueco grande en la sociedad y en su comunidad venezolana y en la de todos. Y esto, no solo fue un triunfo artístico ni musical, sino algo mucho más profundo, coherente y emocional entre las grandes potencias y las naciones menos avanzadas del mundo.

Teresa de Calcutta dijo que lo más trágico de la pobreza no es la falta de pan ni de techo, sino el no ser nadie, el no tener identificación, el carecer de un nombre en la sociedad, la no-identidad y es lo que hace que esta orquesta de niños sea algo más que un símbolo artístico. La orquesta es un modelo de vida social porque el hecho de que toquen juntos simboliza una armonía donde crecen los valores éticos ante todo, y refuerza la enseñanza, los valores, ayuda al niño en sus estudios generales, en su ámbito familiar y amistoso y ayuda incluso a los que rodean a este niño, porque despierta esperanza en ellos para empujar a su hijo o hermano a ser ALGUIEN y a luchar por lo que verdaderamente merece.

Por eso, Jose Antonio Abreu, a mi forma de ver alguien admirable, creó este proyecto con la intención de rescatar a la sociedad venezolana, de transformar la cultura concentrándose especialmente en aquellos lugares de clase social más baja o en los que se encuentran en situaciones de peligro, y lo logró, convirtiendo a niños antes pobres, en niños con propósitos, con objetivos y con una mayor auto estima, y sobre todo, a niños ciudadanos de un país y ciudadanos del mundo, con una identidad clara y fuerte y con una misión social.

Admito que este hombre me inspiró esperanza y confianza y no dudo en que haya más cosas de las que creemos que se puedan cambiar si unos pocos se comprometieran a ello. Porque él, logró que unos pocos jóvenes se convirtieran en unos cuantos para crear una de las mejores orquestas mundiales, logrando un puesto en la sociedad y callando las bocas de muchos.

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