Cambios sin fin previsto

sábado, 11 de abril de 2009

Aunque a veces no nos demos cuenta, nuestro entorno está creado a causa del incesante desarrollo. Ejemplo de ello somos nosotros, con la evolución humana que hace que nuestros cuerpos y mentes vayan haciéndose cada vez más útiles como puede suceder que nos degeneremos hasta la muerte. Pero aún así, lo que más me preocupa son los cambios que efectuamos en todo lo que nos rodea. Es decir, mires donde mires, todo lo que encuentres lo habrá creado el ser humano: los bancos donde acostumbras a sentarte, los coches aparcados enfrente de tu casa, el teclado con el que estoy escribiendo y la pantalla de la que estas leyendo este escrito. Incluso los árboles están ahí por consentimiento del hombre, porque si el quisiera, podría deshacerse de él con una simple orden.

La causa de que esta idea me viniese a la cabeza ha sido la polémica que ha causado la construcción del nuevo Getxo Antzokia. Antes de llegar a saber de la "remodelación" de este edificio, mi tío me dijo que iban a hacer un parking debajo del actual plaza de San Nicolás. Al principio pensé que destrozaría el parque, pero me explicó que la superficie se mantendría haciendo así un parking subterráneo. Me olvidé del asunto hasta que llegó a mis oídos y después presencie desde mi balcón la destrucción de histórico teatro. Se quejó gran parte del pueblo y las obras se vieron interrumpidas por las hordas de furiosos vecinos que se aterraban ante la idea de que un monstruo ocupase el vacio que había dejado el Getxo Antzokia.

En un principio la idea de un local mayor para las actuaciones y espectáculos del pueblo me pareció muy buena propuesta. El pueblo que por su aumento en la población viene a ser casi como una ciudad, tiene necesidad de más instalaciones públicas. Las bibliotecas están a rebosar, en los parques no se puede encontrar un banco vació, y las plazas se encuentran aglomeradas sin dar oportunidad de jugar un buen partido. Por esa causa, y sólo esa, pensé que este proyecto sería beneficioso para el pueblo.

Pero en cuanto mi tío el geólogo y mi prima arquitecta me hablaron de la inmensa envergadura empecé a temerme lo peor. La presencia de un edificio contemporáneo en pleno centro de Algorta. En cuanto los planos y maquetas se abrieron al público me empecé a dar cuenta de la verdadera magnitud del asunto. Desde el balcón ahora veo el pórtico de la iglesia de San Nicolás de Bari, y aunque sea una tontería esas vistas han hecho que me vuelque en el seguimiento de las obras. Vosotros también podeis informaros haciendo click aquí o aquí.

Desafortunadamente, estos cambios no van a cesar, y los jóvenes de Algorta que ocupan San Nicolas, el parque de los enanos y Usategi van a ser los primeros en verse afectados por los cambios. Y no creo que vayan a quedarse callados, por lo menos yo pienso hacer ruido.

Pero este es sólo un ejemplo del constante cambio que nos rodea. Para que entiendas esta preocupación: saca una foto, y vuelve a sacar otra del mismo sitio el próximo día. Con ello te habrás dado cuenta de que todo está cambiando, que es casi imposible conseguir una misma imagen de un sitio en momentos diferentes. Y si eso sigue así, ¿como vamos a poder rememorar los momentos felices?, ¿qué imagen vamos a tomar como recordatorio de ese instante? Esta idea me pone los pelos de punta al pensar en los desdichados que "gocen del privilegio" de tener memoria fotográfica. Yo no podría ordenar la cantidad de pinturas que representan un lugar, porque entre cientos que reflejen una misma cosa no habría dos iguales.





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