Adultos por etapas

miércoles, 15 de abril de 2009



Son mayores, personas aparentemente maduras, con iniciativa. Se consideran independientes, aseguran saber mejor que nadie como salir de un apuro, por muy difícil que sea.

Sin embargo, yo no observo lo mismo. Cada vez que abro los ojos no encuentro más que un gran número de niños de papá que tienen todo lo que se proponen, pero no por ellos mismos, sino por el sudor derramado por sus progenitores. Se creen muy listos, piensan que lo saben todo, pero no tienen ni idea de nada. La vida no se construye por arte de magia, cada uno debe luchar por lo que quiere y no dejarse vencer por el miedo, el dolor o el sufrimiento.

Y ahora se preguntarán: ¿Y no es eso lo que hacen también los jóvenes adultos de hoy en día?

Pues bien, en primer lugar cabe decir que la palabra adulto hay que ganársela. No se es simplemente por ser mayor de edad, hay que demostrar que aunque serlo no sea tarea fácil, se puede conseguir siempre y cuando uno esté preparado. Pero, lo advierto, no todo el mundo consigue llegar a la meta a tiempo.

Se podría decir que ser adulto es un proceso de formación tanto personal como profesional. Nadie nace siéndolo pero la vida poco a poco le va dando recursos para poder lograr este objetivo mediante buenas y malas experiencias.

Pero hoy en día, señores, estos jóvenes adultos, llamémosles niños grandes, no pueden o, quien sabe en que caso remoto, no quieren formarse plenamente.
Ellos aseguran ser adultos, siempre y cuando esta palabra acarree las consecuencias que a ellos les interesan. Aún así, ¿quién solucionará día a día sus problemas? Creen estar preparados. No obstante, es muy cómodo aceptar la amable y tan poco arriesgada propuesta de sus padres de intentar ayudarles, pero que al final son estos últimos quienes acaban haciendo toda la tarea.


¿Qué es o que pasa entonces? Que cuando estos niños grandes quieren ser realmente independientes no pueden porque no han asumido ningún riesgo y por tanto no se encuentran capacitados para afrontar cualquier tipo de contratiempo.


Y bien, ¿de quién es la culpa ahora?


La culpa es tuya, amigo. Tú lo has malcriado y le has consentido todo los caprichos del mundo y, lo peor de todo, tú eres el que lo has sobreprotegido, pensando que así triunfaría en la vida. Y te has equivocado porque los frutos que está recibiendo tu hijo en este momento no son los que esperabas en un principio. Te lamentas y lloras, te echas las manos sobre la cabeza pensando que todo esto no te puede estar ocurriendo a ti, que sólo pretendías lo mejor para él. ¿Cómo puedes solucionarlo ahora? Siento decirte que ya no puedes hacer nada, ya has hecho más que suficiente. No hay solución, tu hijo nunca llegará a la cima, mentalízate, porque ser adulto es un proceso por etapas y tu hijo nunca lo conseguirá, por tu culpa.

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